De gestión familiar y ubicado en una de las laderas de los montículos que delimitan la localidad almeriense de Agua Amarga, el Hotel El Tío Kiko ofrece una veintena de habitaciones volcadas sobre la piscina, que miran a un Mediterráneo plateado. La intensa luz que ilumina el desierto del Cabo de Gata que muere en el mar se cuela por las ventanas al amanecer.
Desde varias estancias abalconadas sobre la piscina, se ve la playa del pueblo de aguas cálidas, arena obscura y guijarros, bien dotada de servicios, sin masificar y bandera azul. En la piscina se sirven los desayunos compuestos de buena fruta y zumo de naranja, panes, aceite de oliva Castillo de Tabernas de 0,1 grados de acidez elaborada en esta zona, fiambres y embutido, quesos y repostería.
En ese mismo espacio también se puede disfrutar de almuerzos y cenas. La oferta gastronómica está por encima del servicio de sala, al que le falta rodaje y experiencia. Aconsejable compartir varios platos para probar una mayor parte de la carta, con propuestas muy recomendables como Sashimi de pez limón, Tartar de gamba roja y fresas, Ortiguillas y Galanes, un pez de la zona cuya exquisita y fina carne es una mezcla entre el salmonete y la julia que conforma el palangre del Cantábrico. En los postres destaca una variada tabla de quesos. La carta de vinos, poco escogida y escasa.
El hotel ofrece servicios de masajes y parking. Otras opciones para comer son el Chiringuito Los Tarahis y el Restaurante El Playa, que lo mejor que tiene es su ubicación encima de la costa. El Adobo está rico y también los Mejillones Thai picantes. El carpacio de gamba roja, sabroso. Es perfecto para ver el atardecer y la luz del crepúsculo que torna rosa la superficie del Mediterráneo.
El pueblo de Agua Amarga, en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, es perfecto para pasar unos días de calma y desconexión por la tranquilidad y ambiente familiar y relajado que invita al descanso. Sus calles de casas encaladas esconden tiendas de ropa, artesanía y bisutería elaborados por diseñadores locales con mucho estilo.
Playas y calas salvajes
Desde esta localidad almeriense también se puede hacer senderismo para descender a las playas y calas salvajes como la de Enmedio y un poco más lejos Los Muertos en la cercana Carboneras, elegida como una de las playas más bonitas de España. Es recomendable hacer una excursión en barco o zodiac para ver la maravillosa orografía de su costa volcánica con colores y formas caprichosas que esculpen piedras y erosionan cuevas y para bañarse en aguas cristalinas y oxigenadas por tapices de posidonia; calas a las que solo se accede por mar como la de San Pedro, donde aún sobrevive un poblado hippie y se ubican las ruinas de un pequeño castillo del siglo XVI que conserva su torreón circular; y otras como Cala del Plomo o Cala Sol.
Agua Amarga es un destino ideal para visitar las playas de postal de esta zona protegida, algunas de las cuales han servido de escenario a grandes producciones de Hollywood como Indiana Jones. De obligada visita, además de las citadas, Los Genoveses, El Playazo, Mónsul, Peñón Blanco o San Miguel, que finaliza en el faro del Cabo de Gata y en el Mirador de Las Sirenas. Un paraíso protegido como reserva natural.