Hipismo y nudismo sin complejos que la globalización no consiguió desnaturalizar se combinan con un turismo familiar nacional aderezado de algún que otro curioso guiri que intuye lo que va a encontrar. Uno de los variados paraísos que oculta Cádiz, Zahora como los Caños de Meca, son los 2 lugares escogidos por Arohaz en el primer caso y La Breña en el segundo, 2 hoteles gastronómicos del mismo grupo y con idéntica filosofía: descanso y disfrute culinario, sin más complicaciones.
En el caso de Arohaz, se trata de un establecimiento de apenas 6 habitaciones, algunas con vistas a la pequeña piscina con tumbonas, espaciosas, con caja fuerte, aire acondicionado y TV de plasma. Mobiliario funcional y una pequeña nevera completan unas instalaciones sobrias.
El mayor aliciente de Ahohaz sin duda es su restaurante, que centra su oferta en los productos de la zona con algunos toques de influencia oriental en sus pescados, donde prima el atún como el Sashimi de toro con salsa de miso, el Tartar de atún con huevas de pez volador y jengibre, el Tataki de atún rojo, la Barriga de atún con salsa de wasabi y la Caballa marinada con mahonesa de kimchi. En sus entrantes también destaca los Puerros asados a la llama con queso feta y el Tiradito de mono negro (un pez de la zona), aceitunas verdes y mojada.
En los pescados, además ofrece variedades del día como la Corvina en guiso roteño con verduras. Y en las carnes, tienen una excelente oferta de la vaca local raza Retinta en forma de chulelón, steak tartar o hamburguesa.
Los postres son muy recomendables, como la Tarta de queso payoyo suave y frutos rojos y el Arroz con leche con piña y coco. La carta de vinos es muy sugerente, con una buena selección por copas de manzanillas, finos, palos cortados y olorosos, que hay que disfrutar sin prisa.
La oferta gastronómica de Zahora es amplia para ser una localidad tan pequeña. Otros lugares de interés son La Tertulia y La Traiña.
Ocaso
En los chiringuitos de la playa de Zahora puede deleitarse con unos guisos marineros del día como Choco con patatas o un buen lomo de atún a la plancha, además de pescado frito. Pero sobre todo son perfectos para tomar una cerveza o un cóctel al final de la tarde para disfrutar de su música en vivo o DJ y emocionarte con las seductoras puestas de sol sobre el mar, mientras muchos veraneantes apuran el último baño a la espera de la llegada de la noche. Ocasos mágicos que tornan de púrpura y plata la superficie en calma del Atlántico.