Las actividades de nanociencia y nanotecnología se han incrementado exponencialmente a lo largo de los últimos años en España, hasta colocar a los investigadores españoles a la vanguardia del sector en el ámbito internacional. Este hecho ha quedado patente en 2 de las iniciativas impulsadas por el ICEX (con la colaboración de la Fundación Phantoms) en la última semana: Nanotech 2011, en Tokio, y Biocom Berlín.
El primer certamen ha servido para mostrar la oferta nacional en este campo, con representación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de otras instituciones y empresas como Aitex, AlphaSip, Ciber-BNN, Granph Nanotechnologies, el Instituto de Nanociencia de Aragón (INA), Nanobiomatters Industries o Necker, entre otras.
De forma paralela, y como muestra del apoyo que brinda el ICEX al desarrollo del ensamblaje tecnológico e industrial de las empresas españolas, el 18 de febrero en el marco de la feria Biocom Berlín 2011 y de nuevo en colaboración con la Fundación Phantoms, el Instituto organizó una jornada técnica en la IV Conferencia Internacional de Ciencias de la Vida, un punto de encuentro para las compañías e inversores del sector de la biotecnología y de la industria farmacéutica.
Dificultades de la investigación
No obstante, según concluye el informe Nanociencia y Nanotecnología en España elaborado por la propia Fundación Phantoms, existen diferentes niveles de desarrollo de estas ciencias en función de los sectores tratados. Así, hay sectores relativamente bien posicionados, como la nanofotónica, la energía fotovoltaica y la nanobiotecnología; pero existen casos en el extremo opuesto, como los referidos a temas de nanotubos de carbono o supercondensadores, en los que la dependencia es extrema.
Desde el punto de vista de la investigación básica (la nanociencia) los problemas son comunes a otros campos: necesidad de mayor financiación, mejora de infraestructuras o falta de jóvenes investigadores a medio plazo en ciertas áreas. Al considerar la nanotecnología (con una componente más aplicada) los problemas detectados son similares a los ya mencionados, a los que hay que añadir otras cuestiones como la falta de un tejido industrial donde hacer efectiva una eficiente transferencia de tecnología.
En este contexto, los expertos consultados proponen soluciones como incentivar la creación de spin-offs y nuevas empresas de base tecnológica; mejorar los mecanismos de transferencia tecnológica, las infraestructuras científicas y la interacción entre los grupos de investigación nacionales; impulsar la realización de actividades conjuntas entre empresas y centros de investigación; agilizar la contratación de personal; potenciar las solicitudes y explotación de patentes, así como el comercio exterior y la exportación de productos de alta tecnología; y, finalmente, impulsar los estudios en nanometrología y normativa.
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