Así es Dubai, todo ostentación, todo tiene que batir récords en esta ciudad de casi 3 millones de habitantes dinamizada en los últimos 10 años. Quizás la escasez de petróleo que prevén dentro de 2 décadas les ha hecho avivar la imaginación y han convertido a la capital de este emirato árabe edificada en mitad del desierto en el epicentro turístico de Oriente Medio.
Ya cuenta con uno de los puertos marítimos más importantes del mundo; no en vano su principal sector económico es el comercio. Y pronto terminarán el aeropuerto más grande del planeta que construyen en la actualidad. Desde las habitaciones del Hotel The Address se puede disfrutar de uno de los mayores atractivos de Dubai, su arquitectura vanguardista simbolizada en Burj Khalifa, que con sus 828 metros de altura sobresale sobre todos los demás a cual más llamativo y también por su iluminación nocturna que completa el sugerente espectáculo de las fuentes.
El mayor centro comercial del mundo
Otro aliciente del hotel es su proximidad al mayor centro comercial del mundo, que atrae al turismo de compras en el que también se ha especializado Dubai. Además de la excelente ubicación, The Address ofrece lujo y comodidades, extraordinario bufé de desayuno, moderno y equipado gimnasio con vistas al skyline, spa, peluquería, hermosa zona de piscina frente al Burj Khalifa, varios restaurantes como el japonés Zeta, al que le falta mayor calidad, y el bar de copas de moda llamado Neox, en la planta 63 del rascacielos.
Para completar la visita, es imprescindible acercarse a la Marina, una nueva zona de lujosos rascacielos frente al mar y con puerto deportivo; el complejo residencial de las islas artificiales Palm Islands; la parte antigua con el encanto de las embarcaciones tradicionales que cruzan a ambos lados del canal y el mercado de las especias; y por supuesto visitar el icono de la ciudad más permisiva de Oriente Medio como es el Hotel Burj Al Arab, considerado el más lujoso de la tierra y construido con forma de vela en la fachada marítima. Sólo se puede visitar por dentro si se reserva para comer, cenar o tomar el té, opción que no recomiendo por lo precios prohibitivos, la escasa calidad de la oferta gastronómica y el pobre atractivo de la decoración interior.