Bodega Viña Vilano, cooperativa que en la actualidad cuenta con 84 socios y prevé cerrar 2015 con una facturación de 3,6 millones y exportar a 35 países, se fundó en agosto del 1957 a iniciativa de un grupo de 66 viticultores de Pedrosa de Duero (Burgos) y pueblos colindantes como entidad de recogida y vinificación de la uva producida en la comarca. Inicialmente, el proyecto se diseñó para elaborar sobre todo vinos claretes y en menor medida tintos.
En los años 80, se realizó la primera ampliación de envergadura con la construcción de una nave anexa, la instalación de 16 depósitos de acero inoxidable de 40.000 litros y la incorporación de una pequeña línea de embotellado con capacidad para 800 botellas a la hora, así como las primeras barricas de roble para crianza de los vinos.
En 1998 se procedió a la construcción de la tercera nave anexa aprovechando el terreno existente, donde se instala la embotelladora y una pequeña nave de barricas subterránea, así como 14 nuevos depósitos con capacidad para 40.000 litros cada uno. En 2001 la bodega disponía ya de un parque de cerca de 150 barricas de roble. La mayor parte de los vinos comercializados seguían siendo jóvenes y rosados, para un mercado básicamente regional, con unas ventas de exportación de 30.000 euros al año.
Ese año marcó un punto de inflexión en la historia de Viña Vilano, que a la sazón sufría importantes dificultades de viabilidad, dado que las instalaciones cada vez estaban más anticuadas, faltaba capitalización y tenía una estructura de personal de producción y comercialización insuficiente. En esa coyuntura, la Asamblea General decidió apostar por una gestión profesionalizada de la bodega, para lo cual se incorporó a Desiderio Sastre como director gerente. Asimismo, se adoptaron varias medidas, como un plan de gestión de crisis para resolver los problemas más inmediatos; modernización de la estructura de producción e incorporación de director técnico y enológico; gestión informatizada de la bodega y los viñedos asociados; y control de calidad de las distintas fases de producción.
Plan comercial
Además, se abogó por la puesta en marcha de un plan comercial basado en la segmentación de marcas, mercados y tipos de vino y clientes; una estrategia de internacionalización a largo plazo, comenzando por Europa en 2003; y la modernización y especialización de la estructura de personal y del área de control económico, financiero y administrativo. En la actualidad, Viña Vilano ha triplicado la superficie construida y dispone de modernas instalaciones de vinificación, nave de barricas, equipamiento técnico y está en proceso de obtención de la certificación de calidad alemana IFS.
La marca principal de la bodega es Viña Vilano, que a lo largo de su historia ha resultado premiada en numerosas ocasiones y países, con sus distintos tipos de vino. Desde su presentación en mercados internacionales, ha sido distinguida con premios reconocimientos en países como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, EE UU, China, Japón, Costa Rica e Israel, entre otros. También en España ha obtenido reconocimientos en concursos como los Premios Manojo, Zarcillo y Envero.
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