La colaboración científica entre la Universidad Isabel I y la Fundación Estela promueve el estudio de cómo es la alimentación, la actividad y práctica deportiva y la alfabetización en salud de las personas con síndrome de Down, con el objetivo de mejorar su bienestar y calidad de vida. Esta iniciativa ha permitido a los participantes de la asociación utilizar equipos especializados de última generación de la universidad, como el K-Pull o el escáner DEXA, el cual proporciona datos cruciales sobre la composición corporal de cada persona.
El equipo formado por los profesores Sergio Álvarez, María Martínez, Paula Rodríguez y Iago Portela, han analizado diferentes variables físicas de los participantes en el estudio. Con ello, se pretende alcanzar una visión general de la condición física de los participantes y así poder relacionarla con las otras variables analizadas durante la investigación. “Vamos a estudiar la fuerza del tren superior e inferior, el equilibrio y la flexibilidad de cada participante”, indicó Paula Rodríguez, profesora del Máster en Formación del Profesorado.
Alcance del estudio
Susana Arias, gerente de Down Burgos, destacó la importancia de esta investigación, incidiendo en la escasez de estudios previos en esta materia. Este estudio, que cuenta con más de 40 participantes con edades entre los 12 y los 47 años, tiene como objetivo analizar cómo el ejercicio físico impacta en su desarrollo muscular y óseo, y cómo puede mejorar su bienestar general. “Queremos conocer la evolución a nivel muscular y óseo no solo por edad, sino también en su capacidad física, potenciando así que las familias crean y fomenten en sus casas el deporte, para que tengan una vida más saludable”, explicó Silvia García, coordinadora deportiva de Down Burgos. El envejecimiento prematuro es una de las características de las personas con síndrome de Down, por lo que es fundamental conocer cómo la práctica de algún deporte o la actividad física continuada en el tiempo puede retrasar los efectos negativos del envejecimiento.
El estudio se realizará en 6 jornadas a lo largo del mes de abril en los laboratorios de la Universidad Isabel I. Todas las pruebas se realizarán en los laboratorios de Biomecánica y Fisiología del Ejercicio de la Universidad Isabel I, con un estudio antropométrico, realizado por el escáner DEXA, que realiza un análisis de la composición corporal de cada participante.
Además, los participantes contestarán una serie de cuestionarios donde se analizarán otras variables. “En nuestro instrumento se valorará la actividad física autopercibida, la alimentación, la calidad de vida y la alfabetización en salud, lo que permitirá, por un lado, saber si esta población tiene o no conocimientos en salud, y por otro, si llevan estos conocimientos a la práctica”, concretó el profesor Sergio Álvarez.
Burgos se convierte con esta investigación en un referente en Castilla y León, lo que podría tener implicaciones significativas para otras provincias de la comunidad, al poder extrapolarse los datos. El estudio busca no solo comprender los beneficios del deporte en la calidad de vida de las personas con síndrome de Down sino que también pretende obtener datos que faciliten establecer pautas para promover un estilo de vida activo y saludable en esta población a largo plazo.
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