La Universidad Isabel I cumple este año su décimo aniversario, una década en la que ha consolidado su oferta educativa. Con una plantilla de más de 700 personas, la universidad más joven de Castilla y León se define como un proyecto emprendedor con base en la innovación y la tecnología que busca la excelencia académica. El objetivo de su creación era poner en valor la formación universitaria oficial a través de un modelo de negocio escalable que permitiera la democratización del conocimiento y la accesibilidad a la educación superior.
Revolución tecnológica
“Desde finales del siglo pasado las nuevas tecnologías han revolucionado la forma en la que los hombres vivimos, nos relacionamos y trabajamos, y la Universidad Isabel I venía a representar un cambio de paradigma en la educación superior, al que han contribuido el impacto y la velocidad de la cuarta Revolución Industrial”, explican sus promotores.
A lo largo de estos años, la institución ha incrementado su oferta académica hasta alcanzar los 12 grados y 18 másteres de formación universitaria oficial. También ha tenido tiempo para realizar avances innovadores en su plataforma tecnopedagógica y de estabilizar una plantilla de 602 profesores, de los cuales el 80% son doctores, y 135 personas de administración y servicios, recuperando y manteniendo talento y contribuyendo a consolidar población en Burgos.
La Universidad Isabel I ha diseñado itinerarios formativos que buscan, además, el desarrollo de habilidades como la creatividad, el pensamiento crítico y el dominio de las nuevas tecnologías. Todo ello, para dar respuesta a las necesidades formativas que requiere el nuevo entorno laboral y potenciar la empleabilidad, al trabajar en los conocimientos y competencias que la nueva economía digital precisa, y que favorezca que profesionales en activo puedan actualizar su formación para poder responder a las necesidades del mercado laboral.
Las personas marcan la diferencia
“En el siglo XXI, no es el capital ni la tecnología lo que marca la diferencia en las empresas. Tampoco es el producto lo que genera esa diferenciación. Las personas son el factor que marca la diferencia de las organizaciones. Un capital humano formado y comprometido es la principal ventaja competitiva de las empresas, y lo que les permitirá perdurar en el tiempo e incluso cambiar las reglas del juego”, señala María Jesús Cuéllar, presidenta de la institución académica.
La metodología de la Universidad Isabel I, a través de la formación online, facilita conciliar la vida laboral, familiar y personal. “Las TIC permiten al alumno acceder en cualquier momento y desde cualquier lugar del mundo al conocimiento, motor de cambio y evolución de las sociedades. Hoy, la red es una increíble base de datos, con un ritmo de crecimiento exponencial, que tenemos al alcance de la mano”, indica.
Más información en el número de septiembre de Castilla y León Económica