Con motivo del encuentro europeo de la Empresa Familiar celebrado recientemente en Berlín, tuve la oportunidad de compartir con empresarios y políticos del Viejo Continente un día y medio de reflexión sobre los temas económicos de actualidad. Quiero compartir con ustedes algunas de las conclusiones del evento.
1-. No se habló de crisis en ningún momento. Solamente en el entorno de los asistentes españoles el tema era recurrente, como algún comentario que realizó Francisco Riberas, presidente de Gestamp, en su intervención en una de las mesas redondas. Las conversaciones giraban sobre conceptos de competencia con Asia y EE UU; sobre los retos de Europa como continente; sobre cómo avanzar juntos entre países; de oportunidades, en definitiva. Parecía encontrarme en otro mundo. De hecho, de camino a las conferencias a lo largo de la gran Avenida Unter Den Linden pude comprobar las numerosas grúas, obras y camiones que no permitían alcanzar la vista de una acera a otra. La crisis era un mero espejismo.
2-. Respecto a la empresa familiar, España se encuentra en la Champions League, ya que a nivel académico, político y fiscal somos la envidia de Europa. Hemos de reconocer que en nuestro país se viene trabajando mucho en los últimos años en defender el papel de la empresa familiar como motor de la economía real y del empleo. En Europa sólo se habla de SME (pymes) sin hacer apenas referencias a la empresa familiar.
3-. Necesitamos que en la Comisión Europea se tenga en cuenta a la empresa familiar desde el punto de vista estadístico y legal. Al director de Empresa de la Comisión Europea se le reclamó un estudio para determinar la representatividad de la empresa familiar en Europa como principio para que este tipo de compañías no se vean excluidas de los programas de incentivos que la UE limita a pymes.
4-. La clausura corrió a cargo de la canciller alemana Angela Merkel. Su discurso, serio y medido, se centró en la necesidad de tener una Europa más competitiva. También mostró su preocupación por la crisis rusa y apenas alguna referencia a la empresa familiar. Y un recadito expreso para España sobre el sinsentido de nuestra política energética. Se retiró con frialdad sin que tuviésemos ocasión de conocer con mayor profundidad sus planteamientos para la empresa familiar. Lo positivo, que estuvo presente en el encuentro y que pudo escuchar nuestras inquietudes a través de la intervención del presidente de la asociación alemana de la empresa familiar. Como ven, la empresa familiar comienza a influir en Europa.
He contado, y aparece 10 veces “empresa familiar”. Un puntito obsesivo, me parece a mi. Porque ¿Que diferencia *real* hay entre sus empresas familiares y otras como la mía que no lo somos, “como motor de la economía real y del empleo” ? Yo creo que ninguna. Ambas pueden ser tanto motor como lastre.
Lo que no veo de recibo es que intenten conseguir prerrogativas como lobby. Y eso si parecen tenerlo claro en Europa.
Sin acritud.
Del propio texto del artículo se deduce que en Europa no se da relevancia al carácter familiar de la empresa, sino a su tamaño: “En Europa sólo se habla de SME (pymes) sin hacer apenas referencias a la empresa familiar”.
Desde mi modesto punto de vista, el que la propiedad corresponda a una familia, o v.g. a un grupo de socios, no es un elemento relevante, incluso en ocasiones puede convertirse en una rémora, cuando los puestos de responsabilidad se confían en mayor medida al parentesco que a la cualificación personal. También sin acritud.
Estimado amigo: las empresas familiares suponen más del 95% del tejido empresarial en Castilla y León. Su importancia está más que reconocida en el mundo. Cierto que tienen los mismos objetivos que cualquier otra empresa, sobre todo obtener beneficios. Pero esta demostrado en multitud de estudios sus peculiaridades derivadas de que la propiedad está en manos de una familia. Me gustaría comentarlo con más detenimiento con vd. Gracias por su comentario