Una sociedad civil descreída

Por: Alberto Cagigas
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En la última semana me han presentado dos proyectos liderados por empresarios de Castilla y León, uno para apoyar nuevas iniciativas empresariales surgidas en el ámbito universitario y otro para crear un foro que redacte propuestas para que los políticos mejoren la gestión de la cosa pública. Como aún se encuentran en fase embrionaria, no puedo dar más detalles, aunque por su interés informativo en los próximos meses serán difundidos a través de nuestra web y de la revista. Ambos planes parten de un análisis común: España sufre una parálisis cerebral y sólo es posible recuperar el dinamismo mediante la implicación de la sociedad civil, cuya fuerza no sólo debe de servir para las protestas y las algaradas, que también dentro de un orden, sino que además tiene que ser canalizada para lanzar ideas que devuelvan la ilusión a los ciudadanos.

Estos proyectos surgen además porque nuestros gobernantes dan la sensación de estar superados por los acontecimientos y de no atreverse a tocar estructuras anquilosadas que han demostrado ser vetustas e inútiles en la actual coyuntura. Por eso, estos empresarios han decidido pasar al ataque, movilizar a profesionales liberales y emprendedores para crear un caldo de cultivo que reactive la decadente economía española.

Desde que estalló la crisis, han proliferado los informes donde se señalan las debilidades y fortalezas de España y las posibles soluciones para revertir la situación, como los completos y acertados estudios de la Fundación Everis para el ámbito nacional o los elaborados por Empresa Familiar de Castilla y León para nuestra comunidad autónoma. Por desgracia, esos trabajos han sido arrinconados en el ángulo oscuro, silenciosos y cubiertos de polvo o sólo se han tenido en cuenta algunos breves consejos, los menos molestos y más fáciles de aplicar. Como me decía uno de los promotores de estas iniciativas, nuestros gobernantes sólo están pendientes de tapar las vías de agua y se han olvidado de arrancar de nuevo el motor, así que vamos a la deriva y sin rumbo.

Panorama desolador

Después de cuatro años de crisis el panorama es desolador: el paro sigue su tendencia alcista, la mortalidad de las empresas aumenta, la emigración de jóvenes se acentúa con la consiguiente descapitalización de talento, las clases medias pierden poder adquisitivo por la mayor presión fiscal, el consumo nacional se desploma y el actual Estado de Bienestar corre peligro de desaparecer tal como lo hemos conocido hasta ahora.

Ante esa situación ¿qué hacer?, ¿seguir parados y anestesiados o pasar al ataque para intentar dinamizar no sólo la economía sino la propia sociedad? La sensación de hartazgo es absoluta por los altos niveles de incompetencia demostrados en nuestro país, así que un grupo de empresarios y profesionales liberales han decidido, en Castilla y León, invertir su tiempo, esfuerzo y dinero para apoyar y arropar a jóvenes en sus proyectos empresariales y para elaborar informes que ofrezcan soluciones viables, prácticas y eficientes. Una descreída sociedad civil, por fin, se mueve.

6 comentarios

  1. Se ha de luchar por quitar la fuerza que actualmente tiene la clase política. No podemos estar gobernados por los que no han trabajado y no tienen la experiencia suficiente.

    1. Hola:

      Es que no queda otra, cada uno, dentro de su ámbito, intentar cambiar la actual coyuntura.

      Muchas gracias por participar en el blog.

  2. Estoy de acuerdo. El principal problema de este país son sus políticos, que nunca han trabajado, desconocen la vida real y además piensan que nunca van a volver a ella, por lo que no les importan las consecuencias de las medidas que tomen, porque no van con ellos.
    La irresponsabilidad es la clave, en mi opinión. Gobernados por irresponsables, que además no se consideran responsables de lo que hacen, fundamentalmente porque nadie a fecha de hoy ha pagado por sus hechos. Me parece vergonzoso que los miembros de los Consejos de administración de las cajas aleguen su total desconocimiento sobre temas económicos para intentar eludir su responsabilidad. Cobraban sueldos millonarios a los que no llegan, ni con mucho, aquellos que sí tienen esos conocimientos. ¿Pensaban que ese dinero se ganaba sólo por pasear su cara bonita? ¿Cogen el dinero y no tienen responsabilidad?
    ¡Increíble!!!!

    1. Hola:

      Tu comentario es muy acertado, por eso ha llegado el momento de que la sociedad civil se mueva, porque es inútil esperar que otros resuelvan nuestros problemas.

      Un saludo y gracias por participar en el blog.

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