En la entrega de los VI Premios Castilla y León Económica causó una gran sorpresa -aparte del desmayo de una azafata en el escenario, tal vez abrumada ante los negativos datos económicos expuestos en las intervenciones- el discurso de José Miguel Isidro, presidente del Grupo Europac y Premio de Honor en la sexta edición de estos galardones. Antes de su alocución, ya destaqué su bagaje cultural y formación humanística y recordé que en nuestro último encuentro me regaló el libro El arte de la mentira política, atribuido a Jonathan Swift y publicado en el siglo XVIII, y que en su día me inspiró para escribir un post en mi blog. Aunque muchos no lo crean, hay empresarios cuyas inquietudes vitales van más allá de obtener las máximas plusvalías y leer balances.
Tras el acto, numerosos asistentes me comentaron que les gustó mucho el mensaje transmitido por José Miguel Isidro, donde ofreció unas pautas que sirven tanto para una micropyme como para una compañía que cotiza en Bolsa, como es el caso de Europac. Si quieren ver la intervención íntegra de este empresario, aquí tienen el enlace del vídeo sobre los VI Premios Castilla y León Económica; pero si andan mal de tiempo -que empieza a ser el bien más escaso en estos tiempos-, les apunto algunas de sus frases más brillantes, que quiero dejar por escrito para que puedan hacer una reflexión más profunda sobre las mismas.
La filosofía Europac
En primer lugar, ¿cuáles han sido las claves de su éxito empresarial? Pues según José Miguel Isidro:
– “Consistencia en la acción con los valores y objetivos a largo plazo de la empresa y pocas sorpresas. Somos predecibles y previsibles, somos disciplinados y coherentes con nuestros objetivos.
– Pragmatismo a ultranza. El respeto a los datos empíricos es la única base sólida para una acción decisiva. Somos creativos, pero pegados al terreno.
– Ambición desmedida para llegar a escalar posiciones de referencia. Ambición vinculada a objetivos que trascienden los intereses personales y se cumplen en lo universal del conjunto que forma Europac.
– Anticipación pesimista. Siempre nos preparamos para el peor escenario, pero trabajamos con las hipótesis más probables”.
Como ven, apuntes de absoluto sentido común que en estos momentos de confusión, y no sólo en el ámbito económico, conviene tener en cuenta. Como no podía ser de otra manera, el presidente de Europac acudió a una cita para reforzar su estrategia de negocio: “parafraseando a Jim Collins, consultor norteamericano y especialista en el crecimiento y la sostenibilidad de las empresas, el éxito del Grupo Europac se puede resumir en disciplina fanática, creatividad empírica y paranoia productiva”.
En una coyuntura económica adversa, muchos empresarios levantan nuevos ídolos para adorarlos con el fin de que les protejan de la crisis. Algunos de esos falsos dioses son la fe ciega, sin más, en la tecnología o en el banquero de turno para que sea más benévolo con la financiación externa. Sobre este asunto, José Miguel Isidro advierte: “el capital y la tecnología son factores necesarios, pero insuficientes para sobrevivir en el entorno actual porque no diferencian a las empresas. Sin embargo, el talento que posea una compañía y su capacidad para innovar y adelantarse al mercado no sólo le permite perdurar en el tiempo, sino cambiar las reglas del juego y convertirse en líderes del mercado”.
No resignarse
En mi discurso en el acto, donde ofrecí los negativos datos económicos que pocas veces se exponen en público, dije que ante esta dura recesión a más de uno le dan ganas de decir: “el último, que apague la luz”. ¿Con qué espíritu podemos afrontar este período histórico? El presidente de Europac nos da un apunte: “las empresas y la sociedad en su conjunto atraviesan un momento complicado caracterizado por la destrucción de empleo y la falta de crédito, pero la resignación no es la respuesta. Nunca lo es, pero en situaciones como la actual ni siquiera es una opción. No me cansaré de repetir que las crisis son oportunidades de cambio con fecha de caducidad”. Esta última frase es para enmarcar. Y frente al riesgo de aplicar fórmulas mágicas o coger atajos en la gestión empresarial, donde más de uno termina haciéndose trampas al solitario, añade: “nuestro éxito no se basa en personas extraordinarias, sino en personas normales que han hecho cosas extraordinariamente bien”.
El empresario también tuvo palabras de ánimo para la juventud, que como recuerda sufre tasas de desempleo por encima del 50%, y que ya se la conoce como la generación exilio al tener que emigrar para labrarse un futuro (cabe recordar que Castilla y León ha perdido 19.293 habitantes en el último año): “os ha tocado vivir un momento muy complicado, pero os aseguro que un mar calmado no hace marinero”. Y recordó también las palabras de Winston Churchill como primer ministro del Reino Unido durante la II Guerra Mundial: “un pesimista ve calamidades en toda oportunidad y un optimista ve oportunidades en toda calamidad”.
Críticas a los políticos y a la banca
Y por último, dos críticas. Una a los políticos: “nos vemos obligados a capear el temporal mientras cargamos con el pesado lastre de una Administración Pública, heredada de anteriores legislaturas, ineficiente y pesada, que lucha por mantener a flote su tesorería legislando, probablemente obligada por el marco volátil que estamos viviendo, con carácter cortoplacista y afán recaudatorio. Y sin ponderar muchas veces las consecuencias inmediatas de su actuación”. Y la segunda al sector financiero: “El crédito en la medida adecuada es el combustible necesario para que el motor de las empresas no se detenga. En estos momentos, no hay disponibilidad en la cantidad, tiempo y coste que sería deseable para aliviar algunos de los problemas de la economía española y sus empresas”.
Como conclusión, José Miguel Isidro, que considera que los empresarios españoles “nos hemos echado el país a la espalda”, aconseja que en esta ya larga crisis debemos comportarnos “de manera que se nos pueda acusar de habernos equivocado, pero nunca de no haberlo intentado de todas las formas posibles, con todas nuestras fuerzas y con todas las herramientas a nuestro alcance”.
Hace tiempo que muchos empresarios se han resignado a recibir ayudas de las administraciones,las ayudas distorsionan el mercado y sirven para hacer clientelas que perjudican al resto de los operadores,pero sobre todo merman la capacidad de respuesta a los problemas.los politicos a crear marcos de funcionamiento estables y favorecer el funcionamiento de los mercados,que dentro de lo que hay son independientes
Hola:
Sí, varios expertos ya han denunciado esta práctica, como Xavier Roig en ‘La dictadura de la incompetencia’, y el hecho de que algunos empresarios están más atentos al boletín oficial para captar ayudas que al mercado. Pero son los menos y tienen los días contados, pues las Administraciones Públicas cada vez tienen menos fondos para las subvenciones.
Saludos y muchas gracias por participar en este blog.
Estoy en total acuerdo con tu comentario, además apunto, no solo se han resignado si no que en muchos casos se han montado a la sombra de ellas, y no quisiera afirmar que las subvenciones están hechas y dadas (por los que tiene la facultad crearlas y de adjudicarlas), a la medida de los beneficiarios.
No solo hay que tomar nota, si no que había que hacer un cuadernillo y en lugar de “Educación para la ciudadanía”, había que sembrarlo en las aulas de los colegios y universidades, y sobre todos a los “caducos”(afortunadamente) SINDICATOS.
Hola Julián:
No es mala idea inculcar en las aulas los valores aportados por José Miguel Isidro.
Un abrazo y gracias por participar en este blog.