Recuerdo que cuando era director del periódico sanitario de un prestigioso hospital, fui a entrevistar a varios médicos en plenas fiestas navideñas para preguntarles qué representaba para ellos la Navidad; ya saben, el típico reportaje de rostro amable tan propio de esos días. Y empecé mal, muy mal.
Inicié el cuestionario con un doctor, de rostro serio, que me dijo algo que no olvidaré en mi vida: “¿qué quieras que te diga?, para mí la Navidad, en estos momentos, no significa nada, absolutamente nada. Acabo de comunicarle a una chica de 17 años que su padre y su novio han fallecido en Urgencias después de un accidente de coche”. Despacio, me dio la espalda, y se alejó por los blancos pasillos del hospital, dejándome con el corazón encogido y sin fuerzas para escribir una línea en toda la jornada.
Y les confieso que hoy tengo la misma sensación. ¿De qué coño escribo yo, ahora, con lo que uno lee, escucha y ve?, ¿cómo analizar la actualidad del abatido tejido empresarial de Castilla y León?, ¿cómo reflexionar sobre la engañifa del sistema financiero de la región?, ¿cómo animar a los más jóvenes a que sean emprendedores cuando a muchos les estamos llevando a la ruina?, ¿cómo disertar sobre las estrategias de las pymes para mantener un día más la agonía?, ¿cómo exponer el drama de miles de fieles y eficaces trabajadores que se han quedado en la calle, sin tal vez una segunda oportunidad laboral como tengan más de 50 años, porque la empresa, su empresa de toda la vida, ha cerrado o se ha visto obligada a prescindir de ellos para salvar de la quema a un grupito de operarios atemorizados?, ¿cómo contarles las confesiones de grandes empresarios, y sobre todo grandes personas, que se arruinaron al ver desaparecer su mercado de la noche a la mañana o porque el cambio de ciclo les pilló con el pie cambiado?, ¿cómo narrarles la situación de miles de autónomos que han cerrado su pequeño negocio asfixiados por las deudas de sus clientes, incluidas las administraciones públicas?, ¿cómo detallar la sangría de las plantillas de los medios de comunicación y la precaria situación del llamado -ahora irónicamente- cuarto poder?, ¿como transmitirles las conversaciones con algunos funcionarios al borde de la depresión porque están sin hacer nada, les han fulminado su carrera profesional y les han rebajado el sueldo para no tocar la sinecura en la administración?, ¿cómo trazar el empobrecimiento de millones de familias españolas vampirizadas por la presión fiscal?, ¿cómo señalar los miles de empleados del sector financiero expulsados a paladas de las oficinas por la gestión fraudulenta de sus jefes?, ¿cómo ilustrar la mirada aterrada de esos padres que saben que este país ha dejado a sus hijos sin un futuro digno?, ¿cómo …?
¿Cómo esbozar con frialdad con ustedes esas reflexiones cuando a la vez la corrupción y el desprecio por los ciudadanos se extiende como un cáncer galopante entre las instituciones de nuestro país? ¿Cómo mantener la cabeza fría cuando ves que en lo que has creído y confiado en los últimos años se derrumba a tu alrededor?
Le avisé, es un desahogo, y no volverá a repetirse, pero ahora son las únicas líneas que puedo compartir contigo, querido lector. Y es una licencia que al menos nos podemos permitir los periodistas.
Gracias, don Alberto. Es muy sencillo, volviendo al hospital de nuevo. En maternidad hay alegría y futuro. Flores, parabienes, felicitaciones, esperanzas. En el quirófano acaban de terminar una operación a corazón abierto: resultado otra vida salvada. En la parte de investigación una nueva terapia anti-cancerígena ofrece resultados.
No es Jauja, pero también es vida. Experiencia de vida.
Un cordial saludo y mi agradecimiento
Hola Ángel Luis:
En primer lugar, no me trates de don, tutéame que así me siento más cómodo. Muchas gracias por tus palabras tan esperanzadoras que, por cierto, han gustado mucho a uno de mis seguidores en Twitter.
Un abrazo.
Estimado Alberto:
A pesar de que el túnel es oscuro, no debemos olvidar que los túneles tienen final. Final con luz. Ángel Luis, felicidades por tu reflexión. Sin duda alguna esa forma de ver la vida es la que debemos tener todos y no caer en la desesperanza y entre todos aportar algo, aunque sea poco, para hacer ver que este país tiene mucho que ofrecer y dar. Y que nos hemos puesto en pie muchas veces, y nos hemos caído para volver a levantarnos. Y que saldremos adelante por el esfuerzo de todos los ciudadanos.
Un abrazo
Hola Jesús:
Como acabo de comentar con un colega por e-mail, el desahogo no es por ‘Castilla y León Económica’, donde las cosas nos están saliendo razonablemente bien y estamos teniendo mucho éxito en los nuevos proyectos como las jornadas. Lo que ocurre es que hablo todos los días con empresarios, profesionales, funcionarios, etc, que me reflejan una realidad que apenas aparece ante la opinión pública, y que como periodista me veo obligado a reflejar. Esa gente se lo merece.
Un abrazo y muchas gracias por participar en este blog.
Buenos días Alberto:
Entiendo su desahogo, pero no comprendo el fín.
Soy empresaria, y he de decir que me va muy bien. Sí es cierto que tengo que trabajar duro, para ganar menos, pero dígame, ¿algún día fué distinto?.
Nuestro cometido en estos tiempos de desesperanza es ayudar a nuestros jóvenes, hay que decirles que sí que hay salida, que su futuro está en sus manos, ellos son los constructores de su realidad.
En nuestra mano está el deber y la responsabilidad de ayudarles desde la experiencia, pero sin coartar sus sueños y esperanzas.
Hola Verónica:
En primer lugar, felicitarte porque tu empresa va muy bien, ¡qué pocas veces he escuchado esa expresión en los últimos cinco años! Por otra parte, claro que hay que decir a los jóvenes que su futuro está en sus manos, pero deben de saber el país en el que se desenvuelven para no crearles falsas expectativas. Ahora está de moda la figura del emprendedor, y no todos están preparados para esa forma de vida que tú tan bien conoces.
Un abrazo.
En primer lugar, creo que si llamar a las cosas por su nombre es un desahogo, ¡bienvenido el desahogo!
En segundo lugar, para esta como para cualquier otra enfermedad, es necesario un diagnóstico adecuado y no ‘políticamente correcto’.
Por último, hace falta una, no solo mayor sino verdadera, profesionalización de la economía y eso se consigue, además de despolitizándola, con unos profesionales que asuman su función aplicando los criterios de la profesión de forma intransigente, no elaborando artículos, informes,… a la medida del solicitante aunque carezcan del rigor necesario. Si ,los políticos son los que son, no hemos podido llegar hasta aquí sin mas colaboracionistas.
Hola:
Tienes razón, la falta de profesionalización de una parte del sistema financiero y de algunas empresas que crecían empujadas por el llamado ‘milagro español’, pero que eran gigantes con pies de barro, ha sido una de las causas de que esta crisis sea tan larga en España.
Saludos.
Alberto, esta claro que la situación no es buena, pero tengo claro una cosa. El pasado no se puede arreglar, pero el futuro SI. y con ello que quiero decir:
QUE TENEMOS QUE APRENDER DE LOS ERRORES DEL PASADO PARA NO VOLVER A COMETERLOS EN EL FUTURO.
Yo en mi condición de abogado, veo como miles de personas se están arruinado, por no haberse casado en separación de bienes, no tener sociedades patrimoniales constituidas con sus bienes y no estar bien asesorados jurídicamente hablando.
Pero a la vez en mi condición de empresario, que he creado 3 empresas, mini empresas pero al fin y al cabo damos trabajo a 6 personas desde el año 2008, me pregunto sobre todo, cual es el fallo que han cometido las empresas que cierran y sobretodo los aciertos de las empresas que siguen vivas y mis conclusiones son:
1-Formacion. Muchos empresarios, o emprendedores no se han formado antes de crear la empresa, ni durante su etapa de empresarios, en cambio los que se han formado o se han rodeado de gente muy formada, siguen en pie.
2.Marketing. Las empresas que ha invertido en mk, no paran de crecer y recoger sus frutos, en cambio aquellas que pensaban que los clientes vienen solos, pues estan cerrando, porque ahora llegan tarde.
3.Internacionalización. Aquellas empresas cuyos clientes era y son solo la administración publica, y nunca pensaron en internacionalizarse, en diversificar el riesgo y centrar todo en el mercado local están cerrando, en cambio las empresas que están y han exportado siguen abiertas y con crecimientos.
4.Jurídico. Aquellas empresas o empresarios, que están y han estado asesorados bien jurídicamente, les ha permitido en épocas de crisis que esta no les afecte tan directamente en sus bienes personales( prueba de que algo había, es la nueva ley de emprendedores).
Así que la conclusión es :aprendamos de los errores, para no volver a cometerlos en el futuro , tomemos nota de los aciertos y pongamonos todos manos a la obra.
Hola Jaime:
Tu comentario es todo un manual de supervivencia empresarial, seguro que nuestros lectores han tomado nota.
Un abrazo.