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Paraíso en la encrucijada

Formentera, con algunas de las playas más hermosas y codiciadas del mundo, se ve sometida a una intensa presión turística que pone en peligro la conservación de un santuario frágil y delicado
Ocaso en el Hotel Five Flowers Hotel&Spa, cuya terraza superior ofrece las mejor
Ocaso en el Hotel Five Flowers Hotel&Spa, cuya terraza superior ofrece las mejores vistas sobre Formentera.

Luisa Alcalde

Puesta de moda por la Selección de Fútbol de Italia, tras haber sido durante años el secreto de los hippies alemanes, Formentera, la pequeña de las Baleares, atraviesa una difícil tesitura: iniciar una época de progreso invirtiendo en políticas de conservación, ordenación y control de la excesiva presión turística, una apuesta por infraestructuras de lujo y acompasar la calidad al precio, muchas veces desorbitado para la oferta; o descuidar sus recursos naturales y como consecuencia matar la gallina de los huevos de oro.

Bien es cierto que la temporada turística dura solo entre 4 y 5 meses y de hecho hay un juego de palabras usado por los lugareños (alrededor de 12.000 habitantes asiduos en la isla) que definen la contradicción de este paraíso: Formientera, precisamente refiriéndose al invierno cuando la isla es habitada por tan solo estas 12.000 privilegiadas almas; o Formentira, que alude a la transformación engañosa que experimenta en época estival al tergiversar el espíritu de este edén, por la masificación que soporta.

Con una extensión de 83 kilómetros cuadrados, 20 de largo y solo 2 de ancho en sus puntos más cercanos, permite desde ciertos lugares contemplar el Mediterráneo por todas partes y algunas de las playas más hermosas del mundo por su arena fina y blanca y sus cristalinas aguas turquesas gracias a las praderas de poseidonia, como Ses Illetes, S’Espalmador, Llevant, Cala Sanona y Es Migjorn. La más pequeña de las Pitiusas -archipiélago denominado así por los griegos y que engloba también Ibiza y algunos islotes- es un paraíso natural ideal para recorrer en bici y hacer deporte. Sin embargo, el paisaje agreste de la isla decorado por sabinas y pinos se satura de motos y coches (con un control incipiente sobre los vehículos desde el verano de 2019 para limitar su presencia) y de barcos, que ambicionan un espacio en sus aguas turmalinas, atiborradas de lujosos yates y veleros de gran eslora.

Paseo marítimo

La cercanía de Ibiza, a tan solo 3,6 kilómetros, propicia un paseo marítimo para ir a pasar el día en barco y comer en alguno de sus famosos chiringuitos de playa, casi siempre de precios desproporcionados y sin embargo llenos, lo que no induce a pernoctar en la isla, aspecto esencial para mejorar en turismo de calidad, que proporcionaría un incremento de los ingresos muy necesario para regular el tránsito y aumentaría el valor añadido sin superar las visitas adecuadas.
Sin embargo, con profusión de apartamentos y hostales, la isla carece de oferta hotelera de nivel, con tan solo un hotel de cinco estrellas inaugurado en mayo de 2019, lo que plantea un círculo vicioso no exento de dificultades, pero de urgente resolución para preservar este empíreo de playas divinas mil veces fotografiadas y ahora más desde la dictadura de Instagram.

En su peculiar orografía, construido en un terreno elevado (aunque la altura máxima de Formentera no supera los 192 metros) del municipio de Els Pujols, muy próximo a la laguna salada (hoy en día Parque Natural), se erige el único hotel de 5 estrellas de la isla recientemente inaugurado. Propiedad del Grupo Playa Hotels y situado a 250 metros de la playa, Five Flowers Hotel&Spa es un destino ideal para disfrutar del relax y del lujo.

Con 79 habitaciones y suites, inspiradas en la estética de los años 60 y 70, están decoradas en tonos blanco y plata, con algún elemento de color vibrante y con algún toque floral marca de la casa, que enlaza con el espíritu flower power de los hippies símbolo de la ideología de la no violencia. Con amplias camas, las confortables estancias acompasan la luz natural que penetra por sus balcones sobre el área de la piscina con una iluminación domótica de escenas. Algunas poseen además una terraza a modo de azotea desde la que contemplar una espectacular panorámica 360 grados de la isla y disfrutar de un jacuzzi privado.

Las zonas comunes cuentan con una piscina con bar, y el lugar donde también se sirven los extraordinarios desayunos, con productos de gran calidad, desde la degustación de frutas, buenos zumos naturales, amplio surtido de embutidos, algunos de la zona como la sobrasada y otros italianos como la mortadela, variada oferta de frutos secos, panes y sobresaliente repostería artesanal, aparte de los platos calientes de elaboración propia. En el área de la piscina, también se sitúa el restaurante By Carmen que asimismo regenta el local del Hotel Blanco del mismo grupo y a escasos 25 metros de Five Flowers. Liderado por la chef Sara Valls, ofrece un recetario basado en la dieta mediterránea y la cocina fusión con matices exóticos y productos frescos como las verduras, el marisco y el pescado de la zona, como su Canelón de aguacate relleno de búfala, sus Croquetas de calamar y gamba y sus Tagliatelli con bogavante.

Cocina japonesa con estrella Michelin

Por un ascensor panorámico se sube a la terraza superior, donde poder disfrutar de un gran cóctel, tanto los clásicos como los de inspiración japonesa, en Sky Barcon con singulares vistas sobre la isla e incluso sobre la vecina Ibiza e impresionantes puestas de sol que convierten en plata la laguna salada y que también se pueden contemplar desde la piscina infinita ubicada en este área. Para completar la sofisticación de esta zona, cuenta con uno de los mejores restaurantes de la isla, Kokoy by Hideki Matsuhisa, chef del local barcelonés Koy Shunka, laureado con una estrella michelin. Con una carta de fusión japonesa mediterránea, ofrece creaciones antológicas como la Ostra con toro y caviar, las Gambas rojas soasadas y la Parpatana a la robata.

El hotel, que cuenta con parking y servicio de asesoramiento y reserva de actividades, también posee un gimnasio bien equipado, con posibilidad de contratar un entrenador personal y un área de spa con un circuito termal con jacuzzi, fuente de hielo, tumbonas, sauna y baño turco; y carta de masajes y tratamientos de la firma cosmética Alqvimia. El servicio suple su falta de rodaje con gran amabilidad.

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