Serviagro cerró 2023 con un volumen de facturación de alrededor de 6 millones de euros, una cifra similar a la registrada en el ejercicio anterior. “La situación del sector está marcada por dos problemas principales. Por un lado, la falta de relevo generacional, pues ningún joven hereda el negocio de la leche, incluso los padres hacen todo lo posible para que los hijos se vayan del pueblo a la ciudad. Por otro, la inestabilidad en los precios, tanto de producción como de alimentación. No se pueden hacer proyectos a largo plazo porque no sabes qué puede pasar, no ya el año que viene, si no el mes que viene”, indican los responsables de esta cooperativa vallisoletana, que se creó en 1989 con el objetivo de comercializar leche de ovino, lana, piensos y medicamentos.
En cuanto a la producción, en la campaña de 2023 alcanzó los 3,6 millones de litros de leche de oveja, frente a los 4,3 millones de litros del año anterior. Registró también una disminución en cerca del 80% de la comercialización de medicamentos “debido a las nuevas normativas de uso de antimicrobianos”.
Entre las preocupaciones de esta cooperativa ubicada en la parte occidental de la comarca de los Montes Torozos, figuran las bajas por jubilación “pues llegamos a tener 120 socios y ahora mismo quedan 29”, una circunstancia que ha hecho que valore la posibilidad de una fusión o un acuerdo intercooperativo.
Instalaciones
Serviagro cuenta con unas instalaciones bien comunicadas con la autovía A-6 y dispone de un edificio de oficinas de casi 100 metros cuadrados con dos despachos, laboratorio y sala de conferencias, además de una zona para medicamentos veterinarios y material. Asimismo, posee una nave con una superficie de 1.000 metros cuadrados que está alquilada a un almacenista de cereales y abonos.
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