No es extraño que a su paso se levanten pulgares o se esbocen sonrisas. Es bello, muy bello este R8 Spyder, y al tiempo agresivo sin caer en la vulgaridad. Este buen estilo continúa en el sublime habitáculo que acoge al conductor y su acompañante, rodeándolos de un cuidado universo donde todo se orienta a la conducción y a la tecnología. La calidad de fabricación da lecciones a bastantes marcas con más prestigio en ese pequeño mundo del automóvil de excepción. Además, en el caso del modelo probado, su interior se veía si cabe mejorado con el nuevo paquete de equipamiento Audi Exclusive Edition. Pero esto no es más que una introducción. No perdamos el tiempo y pasemos a acción. La versión probada tiene un motor 4.2 FSI de ocho cilindros en V y 430 cv, puede alcanzar 302 km/h y en 4,8 segundos pasar de cero a 100 km/h.
Tocamos una tecla y en 19 segundos se esconde la pequeña capota de tela bajo su capó trasero. En caso de frío, ponemos la calefacción de los asientos y al máximo la climatización. Se trata de que el sonido que emite el V8 situado a nuestra espalda alcance sin barrera alguna nuestros oídos. A bajo régimen es un sonido cavernoso. Pisamos el acelerador. La mirada a través del pequeño parabrisas se proyecta en el horizonte. El Audi R8 Spyder se desliza por la estrecha carretera y sus ocho cilindros pasan a un registro musical más agudo a medio régimen. El acelerador sigue su movimiento. Es desconcertante la facilidad con la que se conduce esta bestia pegada al suelo, que se lanza hacia delante mientras sus ruedas escupen el agua. Las notas musicales in crescendo del motor acompañan el movimiento de la aguja del cuentarrevoluciones que se acerca a las 8.000 rpm.
Para explotar plenamente todo este potencial dispone de una tracción quattro pero diferente el resto de Audi, pues en este caso se da preponderancia al eje trasero. Eficaz sobre buenos asfaltos, en carreteras estrechas de mal suelo el compacto R8 (4,43 metros) conserva su homogeneidad. En una carretera virada y mojada, el R8 ofrece una eficacia increíble, trasmitiendo mucha seguridad. La precisión de la dirección y el potente frenado contribuyen al placer de encadenar los kilómetros al volante del R8. Si capotado queremos seguir oyendo el motor, podemos bajar la ventanilla trasera.
Un diseño que corta la respiración, un V8 lleno de fuerza y un chasis bien concebido, el R8 es fascinante. Su precio de 156.700 euros le equipara a un Aston Martin V8 Vantage Roadster (149.000 euros y 420 cv) y le hace más asequible que un Porsche 911 Turbo Cabrio (185.932 euros y 500 cv). Pero, ¿no dicen que el placer no tiene precio?
Santiago de Garnica