El SUV está de moda y en poco más de dos años Seat nos ofrece nada menos que tres en su gama: el compacto Ateca (4,36 metros), el urbano Arona (4,14 metros) y en la cumbre, el Tarraco (4,74 metros). Su carrocería destaca por una estética dinámica y con una parrilla grande y vertical. Una vez dentro, es espacioso y habitable. Salvo unos pocos plásticos duros, el interior desprende sensación de calidad y de avanzada tecnología con el tablero de instrumentos digital completo. Y una pantalla táctil de ocho pulgadas con tecnología Full Link compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
Los asientos delanteros sujetan bien el cuerpo y son cómodos en viajes largos. Tienen calefacción y el del acompañante se puede tumbar el respaldo para optimizar el espacio en caso de llevar objetos largos. En las plazas traseras disponemos de mucho espacio para las piernas y de una buena altura libre al techo. El respaldo está dividido en tres partes abatibles de forma independiente. Un dato importante es que este respaldo nos ofrece tres grados de inclinación. En esta segunda fila hay disponibles unos mandos para regular la temperatura del aire en su zona, una toma de corriente de 12 voltios y una entrada de tipo USB.
El maletero es muy grande. Con las siete plazas ocupadas, tenemos 230 litros y 700 litros con los dos asientos de la tercera fila ocultos en el suelo. El portón tiene apertura y cierre automáticos que se puede operar desde el mando de la llave, desde un botón en la puerta del conductor o pasando el pie por debajo del parachoques trasero.
Hay muchas ayudas a la conducción con, entre otros, frenado automático de emergencia, control de crucero adaptativo, detector de punto ciego, reconocimiento de señales o asistencia previa al choque, cuyo propósito es proteger a los ocupantes con anticipación cuando el accidente desafortunadamente se vuelve inevitable.
Hay disponibles motores de gasolina y diésel, en ambos casos de 150 y 190 CV, y un híbrido enchufable de 245 CV. Hemos probado la versión diésel de 190 CV con tracción integral 4drive y cambio DSG de 7 velocidades. Su comportamiento no resulta el de un coche grande y torpe, sino que reacciona bien a nuestra actuación sobre volante y frenos, es estable y trasmite seguridad. En coches de este tamaño y orientación, las mecánicas diésel sigue siendo muy interesantes y más su consumo medio real en nuestro caso: 7,5 litros. Y la tracción integral es muy útil si vamos por malos suelos.
La síntesis de nuestra prueba es muy clara en este aspecto: el Tarraco es un automóvil que destaca por su comodidad frente a otros modelos de su segmento y con el que se pueden hacer muchos kilómetros sin notar el cansancio. Suave, cómodo, silencioso, muy fácil de conducir y con un gran espacio interior. Un perfecto coche familiar disponible desde 34.000 euros.
Santiago de Garnica