Con una carta variada y amplia, donde sobresale una decena de tipos diferentes de carnes, desde la ternera gallega, pasando por la retinta extremeña hasta la de wagyu, el Restaurante Bravo, situado en un espacio con vistas y terraza privilegiada sobre el Mediterráneo que acoge el Hotel W Barcelona, está dirigido por el cocinero barcelonés Carlos Abellán. Con una apuesta decidida por la esencia del producto, Abellán se decanta por la preparación de las carnes y mariscos, como la gamba de Palamós o las cigalas a la brasa, mediante el uso de diferentes maderas en función del aroma que aporten al producto. Entre sus entrantes, son muy recomendables el Foie con huevo y setas y Calamares con mollejas y alcachofas. En los segundos, si se inclina por una de sus carnes, acertará seguro. Sobre los pescados, en su punto de coción se degusta la Raya a la brasa y Las Espardenyes, sublimes. Los postres pasan más desapercibidos. La bodega, correcta y el pan, muy bueno, donde prima la calidad frente a la variedad. El servicio, amable, pero con pocas tablas, ya que algunos platos llegan fríos a la mesa. Para comer algo más informal, el hotel también cuenta con el Restaurante Wave.
Fuera del circuito tradicional, aunque con nombre propio
Los restaurantes Desde 1911 y Osa asombran con ubicaciones sorprendentes y cocina superlativa, en el efervescente panorama gastronómico de Madrid