El transporte de viajeros y mercancías ejecutado por Renfe a lo largo de 2010 supuso un ahorro de 180,7 millones de euros en Castilla y León, 11,1 millones más que en el ejercicio anterior. Esta cantidad incluye el cálculo en términos económicos del impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes que se habría generado en caso de realizarse este transporte por otros medios, como el avión, el camión o el automóvil.
Según datos del operador ferroviario, los trenes de Renfe evitaron en 2010 la circulación en Castilla y León de 2,5 millones de automóviles, 69.500 camiones y 7.500 aviones. Las previsiones indican, además, que la progresiva mejora de la eficiencia energética de sus vehículos permitirá alcanzar en 2020 una reducción de sus emisiones de CO2 por Unidad Transportada (viajero o tonelada) del 57% respecto a 1990, año base de medición del Protocolo de Kioto.
La parte más importante del ahorro de costes externos se debe al funcionamiento de los servicios de Mercancías (104,6 millones de euros), seguidos de los de Alta Velocidad-Larga Distancia (53,3 millones) y Media Distancia (22,7 millones). En cuanto al origen de estos ahorros, los diversos servicios de Renfe evitaron unos costes evaluables en 58,6 millones de euros por reducción de la contaminación atmosférica; 54,7 millones por aminorar el cambio climático; 43,8 millones por la reducción de accidentes y 23,6 millones por otros efectos. En esta última partida se incluyen efectos urbanos, efectos sobre el paisaje y la naturaleza, y ruido.
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