Las familias cambian de gustos, de estilo y el Scénic también. Esta cuarta generación del modelo de Renault no solo ha crecido, sino que adopta un estilo muy diferente, una reinterpretación del concepto monovolumen. Antes más práctico y ahora más seductor y próximo al segmento de los SUV. Son sus rasgos distintivos una mayor distancia libre al suelo, perfil de coupé y grandes ruedas.
En el interior era difícil hacerlo mejor que en la generación anterior. En cualquier caso es distinto. Calcado de los Espace y Mégane, la sensación primera es una acertada distribución de los elementos y una buena calidad en la parte superior del salpicadero. Sentados en las plazas delanteras destaca la anchura del espacio disponible, sin rivales en su segmento.
El diseño que aparece ante nuestros ojos no tiene nada que ver con el del anterior Scénic. De entrada el conductor encuentra la instrumentación tras el volante y no como antes que estaba en el centro de la consola donde en cambio ahora aparece la pantalla táctil del sistema multimedia. En las plazas traseras, se ha sacrificado algo de espacio en beneficio del diseño.
Diésel de 130 CV
La versión probada es el diésel de 130 CV de potencia con cambio manual de 6 velocidades. Ofrece un comportamiento más dinámico que su predecesor con unas reacciones tanto en recta como en curva más cercanas a la de un turismo que a las de un monovolumen o un SUV. El confort de rodadura es elevado, lo que permite hacer kilómetros sin que notemos el cansancio.
En cuanto a la frenada, el nuevo Scénic parece haber mejorado respecto al anterior: según Renault, lanzado sobre suelo seco a 100 km/h y 130 km/h consigue una distancia de frenado entre un 3% y 5 % más corta que el Scénic anterior. Y sobre suelo mojado a 80 km/h, la distancia de frenado se reduce un 5%.
Hemos obtenido unos consumos medios reales a los 100 kilómetros de 5,1 litros en carretera y de 5,7 litros en ciudad. El cambio lleva unos desarrollos más bien cortos para lo que ahora se estila. Parece que Renault ha acertado ya que los resultados en gasto real están bien y además este motor mueve los 1.600 kilos que pesa el coche sin tener que recurrir a un uso excesivo del cambio.
Santiago de Garnica