Con motivo del XX aniversario de Castilla y León Económica, vamos a organizar el próximo 15 de septiembre una jornada sin precedentes en nuestra comunidad autónoma al reunir a algunos de los mayores empresarios de esta tierra que han sido ganadores del Premio de Honor de nuestra revista, quienes nos ofrecerán unos consejos para poder triunfar en el cada vez más complicado mundo de la empresa. Durante los actos de la entrega de estos galardones, en cuya primera edición allá en 2007 asistieron alrededor de 400 personas mientras que en la actualidad acuden cerca de 800, el momento más esperado es el discurso de estos empresarios de éxito, quienes han compartido con el público sus reflexiones sobre un entorno económico cambiante y, sobre todo, amenazante, porque precisamente en aquel año se inició la gran crisis, la denominada tormenta perfecta.
De esas intervenciones, recupero parte del pensamiento expuesto por estos hombres de negocio, como cuando en 2007 Juan Manuel González Serna, presidente del Grupo Siro, destacó que el empresario debe “pensar a lo grande y ser ambicioso, sin miedo, ni complejos, ni tapujos”. Para el fundador de la compañía agroalimentaria, siempre hay que “hacer cosas diferentes, porque en caso contrario somos prescindibles en el mercado”. Y no sólo es importante ofrecer productos singulares, sino también tener capacidad de adaptación para incluso llegar a reinventar una industria, tal como advirtió Juan Antonio Fernández de Sevilla, presidente de Renault España durante el período 2000-08, quien ya hace 8 años señaló que la automoción y su industria auxiliar debían buscar nuevas oportunidades en “los mercados emergentes más dinámicos”, a la vez que desarrollar innovadores modelos de bajo consumo, como los automóviles eléctricos.
En esos duros años, en vez de arrojar la toalla, Ginés Clemente, fundador y consejero delegado del Grupo Aciturri, recordó que a los empresarios “siempre nos toca trabajar duro, y más en estos momentos”; e insistió en una de sus máximas preferidas: “tened en cuenta que de lo que más se aprende es de los fracasos”.
Para que un territorio sea competitivo en una economía globalizada, José Vega Garrido, presidente del Grupo Incosa, recordó que las administraciones deben de crear un entorno adecuado para crecer “porque debemos de luchar contra empresas del resto del mundo con escenarios más competitivos”. Y además apostó por “desarrollar un modelo educativo donde se implante la vocación emprendedora”.
El esfuerzo
En plena recesión, José Rolando Álvarez, presidente del Grupo Norte, abogó porque el nuevo modelo económico vuelva a estar basado “en valores tradicionales como el trabajo, el esfuerzo, la excelencia, la calidad; y alejado de la especulación y el pelotazo”. También sugirió que los empresarios “deben participar en la vida pública, hacer que su voz se escuche”.
El papel de la clase empresarial en estos duros años fue destacado por José Miguel Isidro Rincón, presidente del Grupo Europac, quien resaltó que “sin los empresarios, un modelo de libre mercado como el nuestro estaría muerto”, a la vez que subrayó que en una crisis “hay que mantenerse atento al peligro sin perder de vista la oportunidad”.
En el actual contexto, Ernesto Antolín, presidente del Grupo Antolín, manifestó que es más importante que nunca la internacionalización y la innovación para poder crecer; y recalcó la figura de las empresas familiares “porque tienen capacidad de decisión y libertad de maniobra”.
La importancia de la innovación
Otro representante de una saga empresarial como es Tomás Pascual, presidente de Calidad Pascual, indicó que el éxito de una compañía depende de detectar una necesidad del consumidor y darle una solución a través de la innovación; e hizo hincapié en que el gran proyecto de toda empresa es que trascienda a la muerte de su máximo gestor.
Por último, Francisco Riberas Mera, presidente de Gestamp, reivindicó la figura del empresario en la sociedad ya que en España “está más ligada a una persona que consigue un beneficio a consta de sus trabajadores o con la cultura del pelotazo, pero no a quien genera empleo y riqueza”. Y al igual que el resto de los Premios de Honor de Castilla y León Económica, insistió en la necesidad de aplicar unos valores basados en el trabajo bien hecho, honestidad, integridad, austeridad, discreción, centrar el foco en los clientes y tener permanente ambición por crecer.
Los testimonios y las experiencias de estos empresarios forman parte ya, por méritos propios, de la historia empresarial de Castilla y León.
Para confirmar su asistencia a la jornada puede llamar al 983 01 81 81 o enviar un mail a contacto@castillayleoneconomica.es.