Recso ha puesto en marcha una nueva línea de negocio centrada en la gestión y retirada de uralita con amianto, un material peligroso que se encuentra en diferentes elementos comunes como cubiertas, bajantes, depósitos de agua en azoteas, tuberías y chimeneas, entre otros.
“El desamiantado debe ser realizado por empresas inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) y profesionales capacitados y certificados, utilizando equipos de protección personal y siguiendo estrictos protocolos de seguridad”, asegura Javier Llorente, consejero delegado de esta compañía vallisoletana, quien aunque apunta que puede conllevar un proceso costoso y complejo, “los beneficios para la salud pública y la protección del medio ambiente son incalculables, pues al eliminar el amianto de nuestros entornos estamos tomando medidas proactivas para garantizar un futuro más seguro y saludable para las generaciones venideras”.
Censo del amianto
En este sentido, el directivo considera que el Ayuntamiento de Valladolid ha dado un paso crucial en la lucha contra el amianto al llevar a cabo un exhaustivo mapeo de la presencia de este material en edificios públicos y privados de la ciudad. “Este censo, de carácter público y abierto a participación ciudadana, elaborado con el objetivo de identificar y gestionar adecuadamente los riesgos asociados con el amianto, proporciona información valiosa para planificar y llevar a cabo procesos de desamiantado de manera efectiva y segura”, afirma Llorente.
A su vez, explica que esta información permitirá a la administración competente inspeccionar y verificar que este mineral ha sido retirado por empresas autorizadas y enviado a un gestor de residuos autorizado.
Material muy utilizado
También conocido como asbesto, ha sido durante décadas un material ampliamente utilizado en la construcción al tratarse de un mineral relativamente abundante, fácil de obtener y con unas excelentes propiedades físico-químicas, como son la resistencia al calor y sus propiedades aislantes.
Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha descubierto que la rotura o trituración del mismo, así como la degradación de los materiales y productos que los contienen, facilita la liberación de sus fibras en el entorno, lo que puede representar graves riesgos para la salud y el medio ambiente.
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