Como su hermano mayor, el Range Rover Sport juega al equilibrio entre lujo, prestaciones elevadas, hibridación y verdadera capacidad como todoterreno. Nacido hace 17 años, llega ahora la tercera generación. Estamos al volante de un automóvil imponente: 4,96 metros de largo, 1,82 de alto y 2,21 de ancho con los retrovisores abiertos. Para ser sincero, y teniendo en cuenta que en la ficha de nuestra versión de pruebas aparece como peso homologado 2,7 toneladas, esperaba de todo menos un carácter Sport. Pero no adelantemos acontecimientos.
En el puesto de conducción, la disposición de los diferentes elementos es acertada. Hay una gran cantidad de pantallas digitales, pero menos que antes, ya que en la consola central la pantalla dual del modelo anterior ahora ve la inferior sustituida por, todo un acierto, 2 diales grandes que permiten cambiar la temperatura ambiente o la calefacción del asiento, y un panel táctil, mientras que la pantalla principal se ha hecho más grande.
Comodidad y silencio
Los ocupantes de las plazas delanteras son mimados en todos los aspectos, en sus asientos grandes e increíblemente cómodos, con masaje incluido. Los de las plazas traseras disfrutan de un amplio espacio. Y todos ellos degustarán un absoluto silencio en el inicio de la marcha. Y es que este RR Sport, además de con motor V8 de gasolina (530 CV), y 2 diésel 6 cilindros con hibridación ligera (250 y 300 CV) está disponible en 2 variantes PHEV híbridas enchufables de 510 y 440 CV, esta última protagonista de nuestra prueba. Tiene una autonomía eléctrica homologada superior a 110 kilómetros y esta cifra tan alta se debe a una batería de 38,2 kWh útiles.
De igual forma, nos ha sorprendido la conducción. En marcha, la sensación es que pesa menos de lo que pone en su ficha. El comportamiento es riguroso y va aún más lejos si optamos por la muy aconsejable opción de las ruedas traseras directrices. Le gustan las trazadas limpias, no las correcciones con el volante, pero resulta seguro y agradable de conducir. Y un asombroso nivel de confort gracias a una suspensión neumática de 2 cámaras asociada a una amortiguación controlada Bilstein.
Varios programas de conducción
En el campo, junto a la tradicional transmisión integral, el RR Sport cuenta con varios programas de conducción para fuera del asfalto donde es capaz incluso de afrontar zonas de vadeo de 90 centímetros de profundidad. La altura libre al suelo es variable gracias a la suspensión neumática y tiene una posición para facilitar la entrada y salida del habitáculo que deja la carrocería a 16 centímetros del suelo.
En resumen, enorme en tamaño y cualidades: autonomía en conducción eléctrica, prestaciones y capacidad todoterreno, calidad de presentación y comodidad es lo que más nos ha gustado. Me dirán que a este nivel de precio (desde 101.500 euros el PHEV de 440 CV), es lo mínimo que se puede esperar, pero no todos lo consiguen.