Estoy sentado en un Range Rover Sport. A mi derecha, en una de las dos grandes pantallas, puedo seleccionar varios modos de conducción: por nieve, barro, arena. Claro, es el señor de los campos pero en esta ocasión mi interés es casi urbano. Sí, entiendo que el lector se sorprenda pero es que este RR es la versión híbrida recargable llamada P400e. Y así este viajero de larga distancia y amante de las aventuras fuera del asfalto también evoluciona en la ciudad como un pez (grande) en el agua. En silencio y sin emisión.
Gracias a su batería de iones de litio de 13.1 kWh alojada debajo del piso del maletero, puede recorrer hasta 41 kilómetros sin necesidad de su motor de combustión interna, en modo cien por cien eléctrico. Más allá de esta distancia, una vez que la batería está casi descargada, el motor de gasolina de cuatro cilindros del P400e retoma sus funciones y permite, gracias al depósito de tamaño XXL, continuar su viaje durante muchas horas. En resumen, siempre que tenga un uso adecuado y se tome la molestia de conectar el Range Sport una vez estacionado, esta tecnología de hibridación recargable permite un considerable ahorro de combustible. Todo sin preocuparse por el nivel de rendimiento.
Consumo
Y hablemos de consumo. Al igual que con cualquier híbrido recargable, el consumo final real de este modelo variará mucho según las condiciones. Si multiplicamos los viajes cortos recargando la batería a menudo, podemos registrar un consumo realmente bajo de 3,1l/100km. Por el contrario, la conducción deportiva sin recarga podrá hacer un inventario más allá de 15l/100 km. Para su información, después de nuestra prueba, anotamos un consumo promedio de 9l/100 km.
Si los entusiastas de Range critican los 2.0 litros por el tema del sonido, siempre pueden recurrir a las versiones de gasolina con 6 u 8 cilindros, que suben hasta 575 CV y son más nobles, pero también les gusta beber más gasolina.
El lujoso interior de la gama brinda bienestar sin darle la espalda a la tecnología, como lo ilustra su instrumentación digital y el sistema multimedia, compuesto por dos pantallas táctiles que agrupan todas las características útiles para la comodidad y la conducción.
El enorme británico además de ese sabor especial acompañado de un encanto innegable, que lo convierte en un modelo aparte, conserva todas sus capacidades excepcionales en todo-terreno donde no tiene barreras. Y además en esta versión nos permite contar con la etiqueta 0 de la DGT, con lo cual las restricciones al tráfico en el centro de las ciudades, la última barrera que se le resistía, ha caído.
Santiago de Garnica