Qué hacer si te quedas sin empleo

Por: Félix Alberto Sanz
Actitud ante un rechazo profesional.
En el día que recibimos la noticia, lo mejor que podemos hacer es mantener lo más posible la calma y no hacer nada.

Mi padre trabajó durante 40 años para la misma empresa, casi como la mayoría de las personas de su generación. Nuestra generación no tiene ni va a tener esa suerte (o desgracia).

Vivimos en un maremágnum de cambios laborales del que muy pocas personas van a quedar indemnes. Antes o después, como en el amor adolescente, algún rechazo profesional vamos a sufrir. Procesos de selección sin final feliz, despidos inesperados, traslados o cambios de puesto no deseados, finalizaciones de contratos, proyectos que terminan o se abortan, propuestas rechazadas, forman parte del día a día laboral de nuestra generación.

Me gustaría marcar unas pocas líneas muy simples, muy básicas, para superar esos reveses que antes o después (casi) todos vamos a llevarnos (y por supuesto hablo a nivel emocional, no a nivel legal).

Pongámonos en una situación cualquiera, cada uno en la suya, imaginemos un palo laboral, algo que no esperábamos, uno de esos que nos dejan tiritando. ¿Qué podemos hacer?

En el día que recibimos la noticia, lo mejor que podemos hacer es mantener lo más posible la calma y no hacer nada. Cuando nos comunican una noticia negativa e inesperada lo normal es que a la par nos chuten una buena dosis de alguna emoción negativa, normalmente tristeza o ira. ¿Qué podemos hacer con ellas?  Muy sencillo, ayudar a que se vayan (sencilla la respuesta, hacerlo es más complicado).

Mecanismos

Cada persona tenemos nuestros propios mecanismos de evacuar las emociones y el mecanismo de cada persona es válido para esa persona. Algunos necesitarán ventilarlas y contar lo que sienten a gente de confianza, otros estar solos y dejarlas marchar en silencio, habrá quién necesite hacer ejercicio.

El cómo importa menos ahora, lo realmente importante es facilitarles la huida. Y aquí viene una buena noticia, la emoción en sí desaparece en pocas horas. En esas horas es vital no dejarnos arrastrar por ella y no hacer algo de lo que podamos arrepentirnos en el futuro. Como resumen simplista, la idea básica de ese primer día es (con permiso) ¡no cagarla!

Y así, sin apenas darnos cuenta, habremos llegado al día siguiente. Porque sí, aunque creamos que no, siempre hay un día después. Ese día la emoción se habrá marchado, aunque seguro que quedan posos en forma de estado de ánimo y nos sintamos algo tristes, enfadados o cansados (las emociones negativas agotan). Yo ahí ya no esperaría más, ¿nos hemos caído desde muy arriba y hecho mucho daño?

Pues muy bien, ahora a levantarse rápido. Cuanto antes hay que ponerse en acción. Si estás enfadado, es un buen momento para coger el impulso de la rabia y empezar a hacer cosas para preparar el futuro (aprovecha esa energía para listar nuevas cosas a hacer, contactos, posibilidades). Si lo que estás es triste, la mejor manera de esa tristeza no te coma más terreno es combatirla ocupando la mente (aprovecha para listar nuevas cosas a hacer, contactos, posibilidades).

Los días van a ir pasando (te guste o no) y antes o después vas a mirar para atrás. Ideas como Es injusto, con lo que hice por ello, ¡Era mío!, ¿Por qué yo?, No me lo merezco, Y si… van a revolotear sobre tu mente. Para un segundo y mira a tu alrededor. Eso (el trabajo, el proyecto, el puesto), lo que fuese que perdiste, ya no está, ha desaparecido, como decía el del libro “tu queso ya se lo han comido”.

Ahora podemos hacer 2 cosas. Una (para mí la menos aconsejable pero seguramente muy humana), pensar en las cosas que te desagradaban y te has quitado de encima -no todo era tan maravilloso ¿verdad?-. La otra (para mí lo ideal) poner todo tu foco sobre lo que puede venir, pues aunque en ese momento no lo creas y pueda que el miedo te diga que nada bueno vendrá (pronto hablaremos en este blog del miedo), antes o después vendrá un nuevo proyecto que te ilusionará. Si arrancas tú y pronto vas a por él, antes llegará.

Una vez hayan pasado ciertos días y ya tengas la mente más despejada, el cuerpo más tranquilo y puedas ser más objetivo contigo mismo, repasa qué hiciste bien y qué podías haber hecho mejor en relación a lo perdido. Lo que hiciste bien aprovéchalo para lo que venga, te va a venir de perlas. Lo que podías haber hecho mejor, ¡hazlo mejor en el futuro!

Cerrar la puerta

Y para terminar una última recomendación. Nunca, nunca, nunca, nunca te olvides de cerrar bien la puerta. Da las gracias a los que te acompañaron en el pasado y cierra la puerta despacito y con una sonrisa. Los portazos hacen mucho ruido y sellan puertas. Cerrar con educación y agradecimiento hace que la puerta nunca se cierre del todo y lo que es mejor, que otras nuevas puedan abrirse. Aunque sobre todo hazlo por ti, porque al hacerlo así estarás contento contigo mismo por cómo lo hiciste.

Claro que en todo ese proceso hay más matices y complicaciones y que no todo es tan sencillo como leer en 5 minutos un post escrito por un listillo, aún así espero que estas 5 pautas básicas le sirvan de ayuda a alguien. Aunque lo que realmente desearía es que no tuvieran que servirle de ayuda a nadie.

9 comentarios

  1. Hasta ahora no me había asomado a comentar en este blog. Pero ahora no me queda más remedio que dar la enhorabuena al autor por esta entrada. Que se resume, creo, en saber que, siempre, queda lo mejor por venir o nos está esperando. Para un optimista crónico, como yo, poco tonto y lo justo de ingenuo: luchar y esforzarse. Si fuera sencillo siempre hay un conocido, un amigo,..¡Claro es muy duro, nos recordamos!. Por supuesto qué esperabas. ¡Es la vida!.

    Un cordial saludo

    1. Muchas gracias por tu enhorabuena y por tu comentario, Ángel Luís. Reafirmas tu condición de “optimista crónico” con la sentencia de “…siempre, queda lo mejor por venir…” que es una gran dosis de esperanza para los momentos complicados. Enhorabuena por tu optimismo, nunca le quites dejes huérfano de cronicidad, estamos necesitados de muchos como tú. Un cordial saludo.

  2. Gracias por este post. Me ha encantado y me resulta muy útil para muchas situaciones cotidianas, no sólo si te quedas sin empleo. Un abrazo

    1. Gracias a ti Silvia, por tus palabras y por saber mirar más allá del desempleo, pues como muy bien has visto y comentas, no sólo a esa desagradable situación me refería y no sólo para ella son efectivos esos pasos. Un abrazo

  3. Genial articulo Felix ! muchas gracias. Yo que como bien sabes he pasado por esta dura experiencia, estoy al 100% de acuerdo contigo. Cerrar la puerta y comenzar la nueva etapa como un reto es fundamental.

    Viendolo en perspectiva recuerdo que se cumplio lo que un excompañero me dijo en su dia. ” Pasado el tiempo miraras para atras y te daras cuenta que estas mejor , y que esto que te ha pasado era en cierto modo lo mejor que te podia pasar “, hoy por hoy puedo decirlo.

    Un saludo y gracias por tu Blog!.

    1. Gracias a ti Alfonso por tus palabras y, especialmente, por ser un ejemplo de la actitud que ha de tener una persona en situaciones profesionales complicadas. Siempre con la mejor de las actitudes para afrontar lo que viene y siempre con una sonrisa para enfrentarlo. Ahora tienes lo que mereces como profesional y lo que merecías en aquella época en la que lo más sencillo habría sido dejarse llevar y tú decidiste ir con todo a por tu futuro (hoy tu brillante presente).
      De nuevo gracias por el comentario. un fuerte abrazo

  4. Los proyectos y las empresas pasan pero las personas debemos de continuar 🙂 . Nosotros somos nuestro proyecto mas importante.Gracias por tu Blog Felix. Un abrazo

  5. Muy bueno Félix, me ha gustado mucho. Es la mejor actitud que se puede tener frente a estas situaciones y como ya te han comentado, se puede extrapolar a otras muchas que no sean laborales. Estoy impaciente por tu post del miedo.

    1. Gracias Sara. Como le he dicho a Alfonso y te he dicho a ti personalmante, tú eres un ejemplo de actitud antes situaciones desfavorables y con una actitud como la tuya las cosas sólo pueden terminar… ¡bien! Un beso

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