No sé si el español de a pie se está dando cuenta de la realidad de la economía española. Una economía que no deja de ser de todos, aunque sea manipulada por los criterios, en cierta forma irracionales, de unos pocos. Los españoles nos encontramos en la actualidad con un déficit público de alrededor del 12%, pasando del 4,1% en 2008 al 11,2% en 2009, es decir, de 44.000 millones de déficit a 177.000 millones en valores absolutos. Vamos, que al Estado le ha entrado la alegría por el gasto y ha vivido por encima de sus posibilidades, y como los ciudadanos aprendemos rápido, pues nos hemos subido al carro y nos hemos puesto a vivir como si nos hubiera tocado la lotería.
¿Y si nos fijamos en la Deuda Pública del Estado? Todos los comentarios al respecto es que nos encontramos “en una muy buena posición”. Por lo que se ve, hay que lanzar las campanas al vuelo por deber menos dinero que el vecino, pues lo más importante es que se deba. Lo que hay que saber es qué repercusiones podemos tener al encontrarnos en este tan buenísimo puesto europeo de país endeudado.
Esta buena posición de la Deuda Pública sobre el PIB, que para los que no sepan es el valor a precios de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en un país durante un año, ha sido del 55,2% en 2009, en valor absoluto 559.000 millones de euros, y se prevé que en 2010 ascienda al 70%. Vamos, mera calderilla. Pero podemos estar de suerte porque la Unión Europea ha previsto que la Zona Euro llegue al 88,5% en el año 2010, por lo que podríamos decir: ¡qué bien se ha gestionado la economía española en los últimos años!, ya que España seguirá estando 20 puntos por debajo de la deuda pública con relación al PIB de la Zona Euro. Ahora bien, toda esta deuda genera unos intereses que también hay que pagar, y por lo que parece la nueva deuda que emitimos cubre la devolución de la anterior más sus intereses. Por tanto, seguimos debiendo lo mismo e incluso más. Lo que se ha dado en llamar un camino sin retorno.
¿Qué hacemos ahora?
Además, como todos los males en los últimos tiempos, en España no vienen solos y se encuentra coexistiendo el desempleo con una bajada de los precios de los bienes y servicios. La tan temida deflación, aunque en los últimos meses parece que ha aparecido un brote de inflación que ha de consolidarse. Ante esta situación, los principios básicos de la Macroeconomía aconsejan a los economistas que sus acciones, de ingeniería económica, se dirijan a incrementar el consumo de las familias bajando los impuestos, consiguiendo con ello disponer de más cantidad de dinero para poder consumir más bienes y servicios. Asimismo, se deberían bajar los tipos de interés para que los empresarios puedan invertir más en sus negocios y con ello generar una mayor actividad empresarial.
Todo ello debe ir acompañado de dos acciones claves: un incremento del gasto publico, a través de los Presupuestos Generales del Estado, al objeto de que se realicen más obras públicas, y un incremento de las exportaciones mediante la disminución del tipo de cambio consiguiendo con ello poder colocar nuestros productos a un mejor precio en el exterior. Es decir, todo lo contrario a lo que se está haciendo. Estamos subiendo los impuestos e intentado disminuir el gasto público reduciendo, aunque se nos diga lo contrario, las inversiones en obras públicas, con el fin de lograr llegar como máximo en 2013 a un déficit público del 3% y a una deuda pública del 60%. Además, si añadimos que al pertenecer a la Unión Europea no tenemos potestad sobre los instrumentos de la política monetaria debido a que ya no controlamos los tipos de interés ni el tipo de cambio de la moneda, nos encontramos con las manos atadas a la hora de lograr salir con mayor rapidez de la recesión en la que estamos inmersos.
La pregunta que nos debemos hacer ante estas reflexiones es: ¿nos interesa seguir perteneciendo a la Unión Europea?; y si la respuesta es afirmativa, ¿no deberíamos unificar el gobierno político para lograr la estabilidad económica?
Creo que da igual si pertenecemos o no a la Unión Europea y si unificamos el gobierno político o no. Entiendo que la clave pasa por exigir responsabilidades a aquellos que gastan el dinero que no les pertenece. De esta forma es seguro que se racionalizaría el gasto.
Desde luego, sería una medida muy interesante. Si los políticos tuvieran que responder de cómo gestionan nuestro dinero, y su mala gestión tuviera consecuencias, desde luego se lo pensarían dos veces antes de gastarlo, y cada partido intentaría nombrar a su personal más preparado para gestionarlo, porque ya se sabe que la economía existe porque las necesidades son infinitas y los recursos escasos, por lo que hay que tomar “decisones de gasto”. Sin embargo, mientras cualquiera pueda gestionar, preparado o no, responsable o no, bien o mal gestionado, incluso derrochando, y a los responsables nadie les pida responsabilidad,… ya se sabe, es “tirar con pólvora del Rey”. Pero es nuestro país, “todo vale”.
Creo que España debería de haber hecho lo mismo que hizo inglaterra al no asumir como moneda el euro, hubieramos tenido más libertad a la hora de afrontar esta crisis.
Como siempre nos encontramos ante el eterno dilema Shakesperiano “Ser o no ser”. Muchas veces no pensamos en las consecuencias hasta que nos llega el momento de enfrentarnos a ellas.
Deberiamos privatizar ciertos servicios, seguramente sabriamos valorarlos mucho mas.
Evidentemente, el español de a pie no se está dando cuenta de la realidad de la economía española. Lo cual, en mi opinión y experiencia, es una circunstancia maravillosa.
Enhorabuena por el artículo, muy interesante.
En primer lugar, decir que soy uno de esos ciudadanos de a pie a los que te refieres. Creo que estás en lo cierto al decir que no entendemos buena parte de lo que está sucediendo, lo malo es que no sé si somos solo los ciudadanos o también los políticos. Cuando veo a la vicepresidenta Salgado vendiendo fuera de España las maravillas de nuestro país y de nuestra situación, y celebrando que se han colocado millones de euros de deuda a un tipo de interés cada vez más elevado pienso: ¿realmente es ésa la única salida posible??? ¿¿no supone pospone la mala situación?? Agradezco al menos los datos que ofreces sobre que no estamos en la cola en cuanto a deuda se refiere…
No pertenecer a la Unión Europea sería retroceder pero si que es cierto que la duplicidad de instituciones está haciendo mucho daño a nuestro país tanto en lo que se refiere al gasto público como en temas de igualdad.