Rocío Lucas, consejera de Educación de la Junta, destacó este miércoles que el Plan TCUE 2021-23 aumentará la relación entre la universidad y la empresa en Castilla y León, en la clausura de una jornada celebrada en Soria para presentar esta nueva estrategia, dotada con cerca de 7,2 millones, bajo el título Retos y objetivos de la Transferencia de Conocimiento Universidad Empresa, organizada por Castilla y León Económica y la Fundación Universidades y Enseñanzas Superiores de Castilla y León (Fuescyl).
“Este nuevo Plan TCUE es buena muestra del firme compromiso de apoyo a la innovación, al emprendimiento universitario y a la repercusión social de la ciencia y del trabajo de nuestros investigadores universitarios”, subrayó Lucas, quien hizo alusión a que la colaboración entre las 2 esferas a las que hace referencia esta actuación es “un componente crítico del proceso de innovación, que requiere de frecuentes interacciones en las que ambos agentes desempeñan un papel central”. Por eso, reconoció que la cooperación entre ambas y la explotación de los resultados de I+D+i son “elementos clave en la combinación de políticas autonómicas de innovación y competitividad”.
Incrementar las vocaciones STEM
Asimismo, explicó que el nuevo documento configura itinerarios que favorecen la colaboración entre universidades y empresas, impulsa la investigación aplicada en las universidades y estimula el espíritu emprendedor y la creación de nuevos negocios innovadores y de base tecnológica en el ámbito universitario. Además, para este nuevo período, añade un pilar específico orientado a mejorar la cultura científica y a incrementar las vocaciones relacionadas con la ciencia y la tecnología (STEM), “como forma de lucha contra la brecha de género”.
En esta línea, aseguró que otros aspectos innovadores del nuevo Plan son la colaboración con los diferentes niveles educativos, especialmente con la Formación Profesional, el incremento de las actuaciones en los entornos rurales o periféricos “y la mejor muestra de este compromiso es estar hoy en Soria”, o la interacción con los agentes sociales entendiendo el emprendimiento social innovador como palanca de cambio, entre otros.
Al respecto, afirmó que, desde la puesta en marcha de esta iniciativa, las universidades de Castilla y León han fomentado el espíritu emprendedor al atender en torno a 3.000 emprendedores, han impulsado la elaboración de 842 planes de negocio y propiciado la creación de 297 nuevas empresas. Además, recordó que se han presentadon 412 solicitudes de patentes ante la Oficina Española de Patentes y Marcas y más de 1.900 propuestas con empresas a programas de apoyo a la I+D+i, de las cuales 1.336 concurrieron a programas internacionales. No en vano, desde entonces la Consejería de Educación “ha inyectado cerca de 30 millones de euros a las universidades de la región para impulsar sus actividades de transferencia de conocimiento”.
Por su parte, Alberto Cagigas, director de Castilla y León Económica, señaló en la presentación del evento que el tema que aborda es “de plena actualidad ya que hace apenas una semana el Consejo de Gobierno de la Junta aprobó el nuevo Plan de Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (TCUE), cuyo período de vigencia se extiende desde el 1 de septiembre de 2021 hasta el 31 de octubre de 2023 y cuenta con un presupuesto superior a los 7 millones de euros. Como muchos de ustedes conocen, el nuevo documento se enmarca dentro de la Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3) de Castilla y León 2021-27, y conforme a lo previsto en el Programa Operativo FEDER”.
Mesas redondas
El evento contó con 2 mesas redondas. En la primera, con el título Espacios para la colaboración, la experimentación y la cocreación (OpenLabs) y moderada por Blanca Ares, directora general de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación, participaron Jordi Rovira, director del FabLab y de la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Burgos; Gabriel Villarrubia, miembro del Grupo de Investigación ESALab de la Universidad de Salamanca; Carlos Cabezas, gerente en la Fundación General de la Universidad de Valladolid; y Pedro Sangro, vicerrector de Investigación y Títulos y Responsable de la Oficina de Transferencia de Resultados de la investigación (OTRI) de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Así, Rovira hizo hincapié en que su FabLab está ubicado en el centro de la ciudad de Burgos, “y que permite explicar a la gente unas determinadas tecnologías que son útiles para la vida diaria. Junto con el FabLab hemos instalado otras herramientas para fomentar la ciencia y la investigación. El 60% de la investigación se hace en las universidades. A veces cuesta visibilizarlo a la sociedad en general”. A su juicio, las Unidades de Cultura Científica deben promoverse por la relevancia de su trabajo y el papel que desempeñan.
Villarrubia subrayó la importancia de que todos los integrantes de la comunidad universitaria puedan tener a su alcance un espacio para desarrollar actuaciones innovadoras. “Los FabLab no sólo deben ser concebidos como talleres o centros de montaje, sino como espacios de innovación que sirvan como escaparate a los grupos de investigación para que las empresas conozcan los trabajos que se desarrollan y se puedan establecer sinergias y protocolos de transferencias”, dijo.
5 tecnologías esenciales
En este sentido, el gerente en la Fundación General de la Universidad de Valladolid comentó que la puesta en marcha de su FabLab se remonta a principios de 2019, que cuenta con un espacio físico de alrededor de 120 metros cuadrados donde se ubican las 5 tecnologías esenciales, como son impresora 3D, escáner 3D, cortadora de vinilo, cortadora láser y fresadora de control numérico. “Intentamos informar a todos los clústeres en los que participamos sobre nuestro FabLab. Les organizamos talleres de 2 horas para que nos conozcan y en unas fichas que nos indiquen qué podrían obtener ellos de nosotros, que somos capaces de plasmar ideas en algo físico, con su funcionamiento y sus posibles consecuencias futuras”, puntualizó.
Por último, Sangro apuntó que la suya es una universidad “pequeña y modesta en el ámbito TCUE, pero que en la transferencia tuvo un momento visionario y personalidad propia que la distinguió, como es el progreso social. En 2005, detectó 2 conceptos clave: globalización y desarrollo tecnológico. La innovación era una oportunidad para el proceso social a través de estas 2 ideas y a partir de ahí empezamos a desarrollar actividades junto con las empresas”.
Por su parte, en la mesa Creación de empresas innovadoras en el entorno universitario, moderada por Pilar Garcés, viceconsejera de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación, tomaron la palabra Jorge Iglesias, director general de Rooteco Agriculture; Beatriz Águeda, responsable de Desarrollo de Negocio de föra; Emiliana Pizarro, directora del Servicio de Inserción Profesional, Prácticas y Emprendimiento de la Universidad de Salamanca (SIPPE); y Liliana Herrera, directora del Área de Transferencia de la Universidad de León.
Iglesias aseveró que el gen de su empresa nace en la universidad. “Vemos una labor impresionante detrás de todo lo que se hace en el ámbito universitario, pero en el momento real, esa labor se va a 0, porque las dificultades, cuando creas una empresa, son muy importantes debido a la burocracia. Lo más significativo es crear mucha ilusión a los universitarios y mostrarles los riesgos a la hora de montar un negocio y que ésta sea de éxito”, reconoció.
Asimismo, Águeda insistió en la idea de que su firma ha conseguido desarrollar cosas nuevas en el sector forestal. “Partimos de usar los datos de valor remotos para una determinación general del territorio y hemos conseguido obtener productos para aplicar a la gestión forestal sostenible y al seguimiento completo de los ecosistemas, y la colaboración con la Universidad de Valladolid ha sido clave”, comentó, al tiempo que apuntó que uno de los problemas con los que se encuentran es la captación de talento en Soria, “donde somos muy poco atractivos para traer personal”.
Orientación laboral para universitarios
En esta línea, Pizarro destacó que el Servicio de Inserción Profesional, Prácticas y Emprendimiento de la Universidad de Salamanca es transversal y “en él se hace toda la gestión coordinada de prácticas para que el talento llegue a las empresas. También llevamos orientación y las salidas profesionales de los universitarios, así como distintas acciones que se hacen para facilitar a nuestros estudiantes ese puente hacia el mercado”.
La directora del Área de Transferencia de la Universidad de León puso en valor la labor de los gestores del Plan TCUE, pues “mucho de lo que se ha conseguido en las universidades es gracias a la rigurosidad de este personal”. En este sentido, explicó que no todos los investigadores son iguales y “hemos establecido itinerarios de investigación para 3 tipos: para los que aún no han hecho transferencia, los que han hecho algo y los que son expertos con patentes y base tecnológica”. Sin embargo, reconoció que el tejido productivo usa “muy poco el conocimiento científico, tenemos que acercar posiciones y en la universidad tenemos varios retos”.
Castilla y León Económica