Esta semana tengo la oportunidad de participar en una misión comercial en Perú, organizada de manera excelente y detallada por la ADE, es justo reconocerlo.
Me he encontrado un país lejano en distancia (20 horas de viaje desde mi casa hasta el hotel), pero muy cercano por diversas razones digitales y culturales. Nunca había sentido que lo digital y lo cultural estuvieran tan al servicio de acercarme a mis cosas y a mi gente.
Lo digital
Como profesional directivo de esta época, tengo la ventaja de disponer de fuertes competencias digitales y uso las herramientas disponibles de manera eficaz siempre al servicio de las actividades que desempeño en cada caso.
Como muestra, comparto algunas breves pinceladas. A través de Cabify tengo resueltos todos los desplazamientos en Lima, sin necesidad de usar dinero en metálico. Pido los taxis por el móvil y al final de cada mes, mi empresa recibe un cargo por el total y una factura detallada. Estoy permanentemente conectado con los equipos de trabajo por medio de Slack, y con mi familia y amigos a través de Whatsapp. Con las videoconferencias de GotoMeeting mantengo el contacto casi presencial en los asuntos que así lo requieran. El Facetime me permite abrir una ventana al Perú para compartir parte de la experiencia con mi familia. Mi contrato con Vodafone me permite disponer de voz y datos casi en cualquier parte del mundo sin límites. Y por medio de Instagram, Facebook y Twitter consigo compartir mis momentos de una manera sencilla y controlada.
Lo cultural
Hacía 15 años que no visitaba Perú. He visto un país nuevo, distinto, mejor. He percibido que están en su momento, de crecer, de avanzar. Es un país en plena efervescencia, ilusionados con un Gobierno que tiene la solvencia para gestionar este rápido crecimiento y hacer de Perú uno de los países motores económicos de Latinoamérica. Todo ello unido a sus evidentes necesidades de talento directivo, sin perder la sensación de control, pero con un patriotismo práctico que acepta con los brazos abiertos la ayuda exterior, hace que también sea nuestro momento. Y esa cultura que nos une, ayuda a que acojan con entusiasmo nuestra oferta de servicios de interim management.
Ahora lo digital y lo cultural está al servicio, ambos en perfecta comunión, de los negocios del siglo XXI.