Cumplir años hace que tengas una perspectiva mucho mejor de los acontecimientos personales y profesionales que vas viviendo o tienes a tu alrededor. Cuantas veces habremos oído expresiones como “no me voy a casar nunca” o “no voy a tener hijos nunca”, supongo que muchas, y las estadísticas son tozudas, la mayoría de las personas se casa y tiene hijos. Es evidente que algunos de los que hicieron suyas esas expresiones lo hicieron realidad, pero, quién sabe, nunca es tarde.
Estoy seguro que cuando Sean Connery dijo aquéllo de que nunca jamás volvería a hacer una película de James Bond lo dijo convencido, pero el tiempo y el dinero son tozudos y poco tiempo después protagonizó otro película de la saga, que los productores de la misma, titularon con cierta sorna Nunca digas Nunca jamás.
La mayoría de expresiones de ese tipo son producto de prejuicios, desconocimiento y en algunos casos juventud, pero todas ellas no dejan de ser excusas. El tiempo (en general) te hace ser más reflexivo y por ello te lleva a evitar ser tan categórico en tus afirmaciones, poco a poco las vas sustituyendo por “No me gusta”, “De momento no voy a hacer..:” o “No veo la utilidad de …”.
Prejuicios
Con respecto a los prejuicios, decir, como la propia palabra indica que son juicio a priori, y en general con alto grado de desconocimiento sobre la materia. Tener prejuicios suele llevar aparejado no progresar y no crecer en los ámbitos personal y profesional.
A lo largo de mi vida, y ya peino canas, he escuchado muchos “Nunca haré …” que el tiempo ha demostrado que no se han cumplido, algunos de los que recuerdo son:
– Nunca tendré teléfono móvil. Cuando compré mi primer móvil escuché sin piedad esa expresión tantas veces que durante cierto tiempo me hizo coger complejo de friki total, unos decían que para qué, ¿para que me tengan siempre localizable?, otros que si tienes un móvil no vas a desconectar nunca, y muchas más expresiones que a los early adopters del móvil nos sonarán. Hoy los frikis son los que no tienen móvil, cómo cambian los tiempos.
– Nunca tendré ordenador en casa. A cuantas personas he oído esto, y claro las estadísticas son tozudas, más de 65% de los hogares españoles tienen ordenadores en su casa.
– Nunca tendré Internet. ¿Para qué sirve eso?, ¿qué utilidad tiene? o eso no vale para nada, son algunas lindezas que nos ha tocado escuchar al respecto. La mayoría usamos a diario Internet y ya lo hemos integrado en nuestras vidas, en casa y en el trabajo.
– Nunca dejaré de usar la máquina de escribir. Ésta es gorda, en la actualidad la mayoría de nuestro jóvenes nunca han vista una máquina de escribir, y casi se consideran piezas de museo.
– Nunca estaré en Redes Sociales. Más de 20 millones de españoles están en redes, y muchas de las personas que decía esto se han convertido en evangelizadores del mundo social, cómo cambian los tiempos.
– Nunca leeré un libro electrónico. Si los proferentes de la expresión hubieran llevado a rajatabla su aseveración habría muchos libros de su interés que no podrían leer ya que en la actualidad cada vez son más los libros que sólo se publican en ediciones digitales.
– Nunca compraré por Internet. Que si es inseguro, que no voy a poner los datos de mi tarjeta en cualquier sitios, que … y claro de nuevo nos encontramos con la realidad, ya existen muchos artículos y servicios y muchas tiendas en las que sólo se puede comprar por Internet.
– Nunca usaré el móvil para otra cosas que no sea llamar. Jajaja, en la actualidad la mayoría de los teléfonos que se venden son smartphones con conexión a Internet, y quién no usa el Whatapp de turno o aplicaciones similares.
– Nunca tendré un blog. Ya y por eso hay centenares de ellos distribuidos por todo el mundo.
– Nunca desaparecerá el teléfono fijo. Cada vez son más las personas que no tienen teléfono fijo y cada vez son más las compañías que ofrecen llevar el fijo en el móvil.
Habría muchos más “Nunca digas Nunca jamás” seguro que se os ocurren otros.
No sé si estaréis de acuerdo o no, pero todos tendríamos que gritar FUERA PREJUICIOS.
