Novedad culinaria que resiste a la crisis

Terraza del restaurante Dos Cielos de Barcelona.
Terraza del restaurante Dos Cielos de Barcelona.

Antes de atravesar el umbral del restaurante Dos Cielos, que acaba de conseguir una estrella Michelin, se puede disfrutar de un aperitivo servido en una terraza muy fashion, en la que también se permite cenar, para posteriormente pasar al comedor en sí, al que se accede a través de la cocina abierta y acristalada donde los chefs se comunican con pequeños micrófonos para evitar trasladar ruido a la sala. Incluso existe la posibilidad de comer dentro de la cocina en la mesa del chef, en la que se ofrece una gastronomía a la medida del cliente.

Elaboraciones que compaginan la renovación de la cocina tradicional catalana, con gran dominio del producto que miman en profundidad y mezclas que casan a la perfección, con  otros platos con clara influencia brasileña, pues no en vano cuentan con 2 restaurantes en Sau Paulo y Río de Janeiro. Internacionalización de un negocio que quieren extender a otros países de Sudamérica.

La carta ofrece propuestas muy apetecibles, aunque también es posible saborear un menú degustación por 85 euros, vino aparte. Aunque su oferta varía en función del producto de temporada, hay platos que ya se han convertido en clásicos y se mantienen en el tiempo como el Ravioli relleno de foigras con setas, de sabor potente. Contrariamente a lo que pueda parecer por la contundencia de sus componentes, el Buey de mar hembra con alubias tiernas de Valencia resulta muy refrescante. Entre sus entrantes, uno de los más sorprendes es La crema de raíces amazónicas con zamburiñas, una delicia que recuerda intensos sabores primitivos. Los hermanos Torres dominan el arte de los arroces con muestras como el Arroz meloso de pichón con aceitunas negras o el Arroz negro con cañadillas y espardeñas. Entre sus mezclas perfectas, Tripas de bacalo con tendones de ternera. Son amantes de los pescados con personalidad como el Pez araña con setas, donde se logra el punto de cocción adecuado.

Las raciones son abundantes, lo que a veces impide llegar con fuerza a los postres. La elaboración artesanal de sus panes, todo un arte para untar en aceite picual procedente de Córdoba. Un ejemplo, el pan de albaricoque, zanahoria y pipas.

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