Carlos Ghosn, presidente de Renault, rechazó la dimisión presentada por Patrick Pélata, el número dos de la compañía, a raíz del caso de supuesto espionaje industrial que no existió y que podría derivar en una estafa a la firma del rombo. Ambos renunciaron a su remuneración variable de 2010 y a sus stock options de 2011.
Ghosn convocó un Consejo de Administración extraordinario, en el que los directivos de la empresa cerraron filas en torno a su presidente y a su director de operaciones. En el transcurso de esta reunión, Pélata presentó su dimisión, pero Ghosn la rechazó y reiteró su confianza en el directivo. Además, este órgano de dirección acordó readmitir o indemnizar a los 3 trabajadores del área de Protección del grupo que fueron despedidos en relación con el supuesto espionaje. El propio Ghosn tiene intención de recibirlos lo antes posible.
Acusaciones “injustas”
El máximo responsable de la multinacional gala admitió que todas las acusaciones vertidas sobre los 3 empleados despedidos fueron “injustas”, y apuntó que, según los últimos datos en poder de la Fiscalía, existe una banda organizada que pretendió estafar a Renault y en la que está implicada, al menos, un empleado de la empresa.
Para que no se vuelva a repetir una situación como la del supuesto espionaje, la firma del rombo reformará el área de Protección a partir de una análisis de los problemas de funcionamiento interno detectados, que será dirigida por Carlos Ghosn.
Además, la división de Protección dependerá directamente de un miembro del Comité Ejecutivo del grupo, mientras que la Dirección de Mandos lo hará de Recursos Humanos, para lograr una mayor protección de las personas.
Europa Press