Misteriosas desapariciones

Por: Alberto Cagigas
Paisaje de Hanging Rock, en Australia.
Paisaje de Hanging Rock, en Australia.

En 1967, la australiana Joan Lindsay publicó Picnic en Hanging Rock, considerada una de las obras cumbres de la reciente literatura anglosajona. En la novela, llevada al cine con maestría por Peter Weir en 1975 en una de las películas con mayor lirismo que se han grabado jamás, se narra la misteriosa desaparición de tres alumnas adolescentes y una profesora pertenecientes a un exclusivo internado cuando van de excursión a Hanging Rock, una fabulosa formación rocosa de origen volcánico que se eleva sobre la frondosa llanura australiana. De las cinco jóvenes que al principio se separan del grupo para adentrarse en los recovecos de las rocas, una se da media vuelta a mitad del camino con un ataque de histeria y otra es encontrada días más tarde tumbada e inconsciente. Ha perdido la memoria y no se acuerda de lo que pasó en ese laberinto de peñascos. Del resto, nunca más se supo, ni rastro. La desaparición de esas tres chicas y la profesora influirá, de forma trágica, en el resto de los personajes del libro.

La magia de esta obra de culto reside en que refleja con sutileza que existen fuerzas que se escapan al raciocinio del hombre; que pueden suceder casos a la luz del sol que eluden nuestro control; que la naturaleza sigue siendo misteriosa; que los acontecimientos a veces juegan caprichosamente con el destino de las personas; que un fenómeno inesperado puede trastocar nuestros planes.

Llegó la desolación

Leyendo este enigmático libro, uno descubre la fragilidad del ser humano, tal como ha ocurrido con la actual crisis. En esta ocasión no han desaparecido tres adolescentes y una maestra, sino que hemos visto cómo se han desvanecido clientes, puestos de trabajo, empresas, bancos, cajas, mercados, proyectos, inversiones, cotizaciones, patrimonios, créditos, beneficios. Hasta hace casi cuatro años, todos creíamos desenvolvernos seguros en un mundo que avanzaba con paso firme hacia una mayor prosperidad; pero de repente, todo ese universo se ha perdido entre los laberintos de una economía que parece estar dominada por las fuerzas esotéricas de los mercados internacionales.

Ya nada será como antes, nos dicen los gurús económicos, tal como ocurrió tras los inquietantes sucesos de Hanging Rock en la que iba a ser una jovial comida campestre de chicas despreocupadas. Después, llegó la desolación para todos los personajes de la novela, al igual que ahora en el ámbito financiero y empresarial.

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