Mini JCW: Sensaciones máximas

La mayoría de los elementos visibles, y otros ocultos, están ahí para mejorar prestaciones y comportamientos
En cualquier lugar que miremos hay un espacio para la creatividad, para un detal
En cualquier lugar que miremos hay un espacio para la creatividad, para un detalle que incluso podemos añadir ya después de el Mini JCW no es un tuning de fábrica.

No pasa desapercibido el Mini protagonista de nuestra prueba con los aditamentos aerodinámicos, el color Rebel Green muy británico, los asientos deportivos, los pedales y el reposapié de acero inoxidable o el guarnecido del techo. En la instrumentación hay indicadores adicionales de presión de aceite y de sobrealimentación y un cronómetro.  En realidad uno puede hacerse un John Cooper Works, pues de esta versión se trata, casi a medida. En cualquier lugar que miremos hay un espacio para la creatividad, para un detalle que incluso podemos añadir ya después de el Mini JCW no es un tuning de fábrica. La mayoría de los elementos visibles, y otros ocultos, adquirido, en el propio concesionario, y la lista es muy larga.

Pero el Mini JCW no es un tuning de fábrica. La mayoría de los elementos visibles, y otros ocultos, están ahí para mejorar prestaciones y comportamientos. Un ejemplo, el escape da un sonido más acentuado pero no solo para eso, en realidad es un elemento más para mejorar las prestaciones al generar menor contrapresión de gases que el del Cooper S.

Velocidad

Nunca un Mini de serie había mostrado tal potencia. Esta versión John Cooper Works entra en la historia con sus 231 CV, superando por 20 CV a su antecesor. Y también es el Mini de calle más rápido de la historia: de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y una velocidad punta de 246 km/h.

Nuestra unidad de pruebas calza llantas de 18 calzadas con gomas Dunlop que es la opción más recomendable para un buen agarre. En las curvas además de girar totalmente plano gracias a su bajísimo centro de gravedad, nos ha asombrado cómo las ruedas delanteras son capaces de trasmitir al suelo una potencia y par tan elevados.

La activación del modo Sport permite aprovechar plenamente los 231 CV. El sonido, ya agradable en modo Normal, se hace aún más seductor. Y todavía se puede dar un paso más, pero no en carretera abierta, al accionar un mando que por Bluetooth abre una palomilla en el escape posterior. Es entonces cuando en las aceleraciones y retenciones se saborea unas sensaciones auditivas muy especiales.

Firmeza

Este modo Sport conviene utilizarlo con suelos muy buenos, pues la mayor firmeza de dirección y amortiguación hace que tengamos un chasis muy sensible a pesar de la suspensión pilotada.

Respecto al confort, la dureza de esta versión del Mini se ve compensada por el progreso que en este campo ofrecen los asientos específicos del JCW tipo baquets diseñados por Recaro, que lleva de serie, con apoyacabezas integrados.

Pero lo importante al final son las sensaciones y el Mini JCW expresa a la perfección lo que los ingleses definen como fun to drive, casi intraducible, algo así como sensaciones máximas.

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