El Mini de 5 puertas encuentra su espacio natural dentro de la gama y busca atraer a los que, hasta ahora, por pragmatismo resistían a la tradicional versión 3 puertas. En comparación, tiene 16,1 centímetros más de longitud hasta alcanzar los 3,98 metros.
De este incremento, 7,2 centímetros corresponden al aumento de distancia entre ejes y 8,9 centímetros al del voladizo trasero. Con ello ganamos maletero, que pasa de 211litros a 278 litros, y espacio en las plazas traseras. Además, el modelo está homologado para 5 plazas frente a las 4 del 3 puertas.
Fijaciones isofix
Otra ventaja es que hay muchas parejas jóvenes que utilizan el Mini y no es lo mismo colocar la sillita infantil en las fijaciones isofix, o sentar en la misma al bebé, disponiendo de puertas traseras que sin ellas: se ahorrarán muchas contorsiones.
Delante, la posición de conducción y el panorama que nos encontramos es idéntico al del Mini de 3 puertas, original y con una buena calidad de fabricación. Por cierto, el Mini 5 puertas ha estrenado el Connected, un sistema de información y entretenimiento con numerosas funciones accesibles a través del smartphone.
Motor
El motor diésel del Cooper D protagonista de nuestra prueba es un 1.496 cc de 116 CV. Empuja bien desde pocas vueltas y en marchas largas gracias a unas relaciones de cambio cortas. A pesar de ser un 3 cilindros, su sonido más bien parece del de 4. Tiene un sistema Stop & Start para y arranca el motor de forma rápida y suave.
El 5 puertas conserva el dinamismo típico del Mini de 3 (ese toque de kart que tanto nos gusta) a pesar del incremento de distancia entre ejes y de peso (60 kilos). Su dirección mantiene ese carácter incisivo y la mayor distancia entre ejes mejora el aplomo en grandes curvas. Las puertas traseras mejoran su carácter práctico sin adulterar la esencia y esto, en los tiempos que corren, es de agradecer.
Santiago de Garnica