Como para todas las compañías industriales, 2022 ha sido un ejercicio complicado en Michelin España Portugal, tal como reconoce su presidenta, la vallisoletana María Paz Robina: “ha sido un año particularmente complejo y totalmente imprevisible, que ha estado marcado por la inestabilidad de los mercados y la inflación. Todo ello como consecuencia del conflicto de Ucrania que ha provocado un incremento significativo de los precios de la energía y las materias primas, así como problemas de flujos logísticos”, lo que provocó que el mercado del neumático se contrayera sobre todo a partir del segundo semestre. Pese a esta coyuntura inestable, la marca del Bibendum aumentó su facturación un 17% el pasado año hasta los 3.137 millones, a la vez que incrementó su beneficio neto un 4% hasta los 270,6 millones.
Estos alzas en su balance han sido posibles, pese a reducir un 5% la producción y un 4% el volumen de neumático vendido por la contracción del mercado, gracias a “las subidas de precios que nos hemos visto obligados a realizar para mantener el margen comercial en un contexto de incremento del coste generalizado, así como por nuestra focalización en productos de mayor valor añadido”, explica Robina, quien precisa que esa estrategia se mantendrá durante el presente año.
Previsiones para 2023
Sus previsiones para 2023 son registrar una producción inferior a la del pasado ejercicio “pues se confirma la tendencia a la baja en los diferentes mercados. La facturación podrá ser similar o algo menor a la del año pasado, ya que la disminución de volúmenes se compensa parcialmente con la subida de precios. Respecto al beneficio neto, es más difícil de estimar”, adelanta la directiva.
En este entorno inestable, Michelin España Portugal mantiene sus elevadas inversiones en las dos fábricas ubicadas en Castilla y León. Así, a la factoría de Valladolid, que este año celebra su 50 aniversario y está especializada en la fabricación de neumáticos de turismo de gama media-alta y agrícolas y en el renovado de cubiertas de camión y semiterminados, se destinan 50 millones para mejoras en la calidad de vida en el trabajo; nuevas tecnologías relacionadas con la industria 4.0 y orientadas a incrementar su competitividad; y la transformación de las líneas de producción hacia productos de mayores prestaciones y mayor valor añadido, como neumáticos para vehículos eléctricos. Además, esa cuantía también se destina al objetivo para 2050 de 0 emisiones netas de carbono con la electrificación de procesos de fabricación, la reducción del consumo energético y la adaptación de procesos para la utilización de nuevas materias primas sostenibles.
La planta vallisoletana, que cuenta con una plantilla de cerca de 1.800 empleados y posee una capacidad productiva de 90.000 toneladas al año, abordará en los próximos años la sustitución de las prensas de vulcanización, que en la actualidad están alimentadas por gas, por otras eléctricas que reducen las emisiones de CO2.
Inversiones en Aranda
Respecto a la fábrica de Aranda de Duero, recibirá en 2023 una inversión de alrededor de 22 millones para mejorar la calidad de vida de su plantilla en el trabajo, aumentar las prestaciones de las nuevas gamas de neumáticos de camión, así como su sostenibilidad; incrementar la flexibilidad y la capacidad de fabricación de los productos tecnológicamente más avanzados; y optimizar el consumo de energía.
La planta de Aranda de Duero, que cuenta con una plantilla de más de 1.200 empleados, está especializada en la fabricación de neumáticos de camión, autobús y Metro, siendo la única factoría del grupo que realiza este producto, además de semiterminados. Durante el pasado año, este complejo industrial se consolidó como líder tecnológico de la multinacional para el neumático de camión, por lo que ofrece soporte a otras factorías europeas.
Medidas de flexibilidad
En una coyuntura marcada por la caída del mercado, la presidenta de Michelin España Portugal asegura que la compañía dispone “desde hace años de medidas internas de flexibilidad y adaptación de nuestros calendarios de trabajo a la evolución de los mercados. Estas medidas son acordadas con los representantes de los trabajadores y están plasmadas en nuestro convenio colectivo, siendo de hecho este punto una de nuestras mayores fortalezas como sociedad industrial dentro del Grupo Michelin”. Y añade: “confiamos que estas medidas nos permitan adaptar nuestros volúmenes de producción sin afectar al empleo, tal y como ha ocurrido en otros momentos en el pasado”.
Convenio colectivo
Con una plantilla de más de 7.400 empleados y un nivel de 338 contrataciones en el pasado año, la directiva destaca la reciente firma del convenio colectivo firmado para los próximos 4 años al suponer “un avance muy importante en los ámbitos económico y social, sin olvidar que partíamos de una situación ya bastante privilegiada dentro del contexto del mercado laboral de España. Al final de la negociación hubo algunos posicionamientos radicales, fundamentalmente en las fábricas del País Vasco que, a nuestro entender, no merecía la oferta. Todo ello condujo a la necesidad de ratificar el resultado final por la plantilla de Michelin España mediante un referéndum”.
En palabras de Robina, “Michelin sólo concibe unas relaciones laborales basadas en el diálogo y en la co-construcción. Este modo de funcionamiento nos ha permitido llegar hasta aquí siendo un actor privilegiado dentro del Grupo, generando la confianza necesaria para seguir invirtiendo y, por tanto, conservar el empleo en nuestro país. Cualquier otro modelo no ayuda a construir un futuro”.
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