El Mercedes EQC va impulsado exclusivamente por 2 motores eléctricos que suman 408 CV y un par motor de 760 Nm que han de mover 2,5 toneladas. La tracción es a las 4 ruedas, pero más bien para hacer frente a carreteras resbaladizas y nevadas que para hacer todoterreno, dada su altura libre al suelo. Para alimentar todo esto, cuenta con 652 kilos de baterías de iones de litio, alojadas debajo de los asientos.
Como en otros coches eléctricos, nos enteramos de que han arrancado más por la animación del cuadro de instrumentos que por la parte mecánica, ya que no hay ruido. Cuenta con los clásicos 4 modos de conducción, (Eco, Confort, Sport, Individual) más un Max Range para obtener la máxima autonomía.
En ciudad, la suavidad de la progresión y el freno del motor al levantar el pie del acelerador permiten conducir utilizando solo este pedal, casi prescindiendo del freno.
Conducción predictiva
En la carretera, contamos con el sistema MBUX que se basa en la navegación para lograr una conducción semiautomática y predictiva. Anticipa el perfil de la carretera, las intersecciones, las subidas y bajadas para provocar una desaceleración por parte del generador o la inercia si se aproxima un descenso. Todo está planteado para ahorrar la máxima energía. Inevitablemente llega el momento en que uno quiere ver lo que realmente nos ofrece este automóvil. Pisamos de forma contundente el pedal del acelerador y el EQC se ve impulsado con una energía formidable (pasa de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos), pero después de tres aceleraciones o cuatro, vemos cómo la cifra de autonomía restante cae de forma espectacular.
Además, no tiene nada que ver con una potencia equivalente de 400 CV proporcionada por los motores térmicos ya sean de seis u ocho cilindros, atmosféricos o turbo, gasolina o diésel de los modelos Premium. Éstos aportan una serie de sensaciones muy diferentes, según cada marca, y eso es la riqueza del automóvil. En cambio en los eléctricos no existe esa variedad. Aquí, para disfrutar, el planteamiento es diferente. El EQC, por 77.425 euros, nos ofrece un rendimiento y un comportamiento de un nivel altísimo. Su refinamiento de marcha llevado al extremo es sin duda su principal activo.
Mercedes nos da una cifra de autonomía de 417 kilómetros en ciclo WLTP. En nuestra prueba llevada a un ritmo tranquilo, el ordenador de a bordo indicaba un consumo medio de en torno a 22 kWh a los 100 kilómetros, cifra que nos permite cubrir una distancia real de alrededor de 350 kilómetros partiendo con la batería a tope.
Santiago de Garnica