Los empresarios de Castilla y León afrontan los próximos seis meses con expectativas “menos pesimistas” que en el segundo trimestre del año. En concreto, prevén una evolución menos negativa de la coyuntura económica de la región y de la actividad de sus empresas, aunque vaticinan peores expectativas empresariales sobre el empleo, las existencias y la inversión.
Ésta es una de las conclusiones extraídas del Indicador ForoBurgos 100 correspondiente al tercer trimestre del año, estudio elaborado a partir de encuestas realizadas a un centenar de empresarios castellanos y leoneses con el objeto de analizar la situación actual y esperada.
En cuanto al momento actual, los encuestados declaran que, tanto las empresas como el conjunto de la comunidad autónoma, se hallan inmersas en una fase de “estancamiento”. Se consolida así la imagen de una recuperación que se aproxima “lentamente” y que hará, por tanto, que la vuelta al crecimiento se demore “durante un prolongado espacio de tiempo”.
En concreto, los empresarios creen que la actividad y el empleo en sus empresas han empeorado con respecto al trimestre anterior pero, sin embargo, se muestran “menos pesimistas” sobre el acceso al crédito.
Recetas contra la crisis
En cuanto a las estrategias que utilizan las empresas de Castilla y León para hacer frente a la crisis económica, la renegociación de líneas de crédito se confirma como el principal recurso de financiación (el 93,8% de los empresarios haría uso del mismo). El resto de opciones, como ampliación de capital o avales para otros créditos, entre otras, quedan prácticamente descartadas, a excepción de la colocación de pagarés entre proveedores, que utilizaría el 6,3% de los encuestados.
Por lo que respecta a las estrategias seguidas para hacer frente al descenso de la demanda interna, vuelve a cobrar protagonismo el ajuste de la producción y empleo (56,3%), seguida de la búsqueda de mercados exteriores (34,4%) y la reducción de los precios de sus productos y servicios (15,6%).
Efectos de las nuevas medidas de ajuste y reforma
El número de empresarios que considera que las medidas de ajuste presupuestario emprendidas por el Gobierno tendrán alguna repercusión sobre sus negocios ha aumentado en este tercer trimestre del año. En concreto, un 80% afirma que saldrá perjudicado en mayor o menor medida (un 40% de forma débil, un 28,6% de forma moderada y un 11,4% de forma intensa).
Por otro lado, la reforma laboral, una vez aprobada, no es percibida como un estímulo para la creación de empleo. Más de dos tercios de los empresarios afirma que contrataría a más empleados sólo si aumentase la demanda de sus productos o servicios.
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