El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios) ha presentado este martes el Observatorio Económico de la región correspondiente al tercer trimestre del año 2024, donde se ha podido constatar que la economía “modera su crecimiento, pero se sostiene gracias al gasto público, la estabilidad empresarial y del empleo”.
Durante la presentación, Juan Carlos De Margarida,, director de ECOVAEstudios, ha reseñado que a pesar de esa sostenibilidad, “la competitividad y la productividad están bajo mínimos”. Estos hechos se deben, principalmente, a la “pérdida de la competitividad europea en las exportaciones, la disminución de la producción manufacturera de la UE, así como el declive generalizado frente a China y EE UU debido a las dependencias comerciales en ámbitos como la energía, el sector digital, sanitario o militar”.
Mercado de trabajo
En cuanto al mercado de trabajo, las variables analizadas por ECOVAEstudios han concluido que sigue perdiendo dinamismo tanto en España como en Castilla y León, “existiendo en la actualidad un desajuste entre la capacidad y la disponibilidad de desempleados, así como de los trabajadores que necesitan las empresas”. En suma, a esto se le añada “el aumento de las jubilaciones que superan a la demanda de mano de obra y a la falta de personal cualificado para ocupas los puestos vacantes”.
De Margarida no ha querido dejar pasar la oportunidad para reseñar que en materia de deuda y gasto público, “los Estados miembros necesitan realizar fuertes correcciones presupuestarias para que la cordura presupuestaria vuelva a la senda de la normalidad”.
Ingresos del Estado
En este sentido, ha reseñado que los ingresos del Estado vía impuestos “se están reduciendo al desaparecer los generados por la excesiva inflación y la falta de deflactación del IRPF, Por ello, urge la necesidad de una reforma fiscal coherente y realista que genere ingresos al mismo tiempo que sostenga el poder adquisitivo del ciudadano, todo ello al objeto de mantener el Estado del bienestar sin que provoque un decrecimiento económico que cree inestabilidad económica y social”.
Durante la presentación del Observatorio, De Margarida también ha avanzado las previsiones para el 2025 “en un contexto de alta incertidumbre”. Entre otras, destacan que “la disminución de tipos de interés ha reactivado el consumo privado y la inversión empresarial” o que “el sector industrial se está recuperando debido a la estabilidad empresarial y, por ende, al empleo”. No obstante, “a la economía europea le costará salir de su estancamiento actual, aunque se prevé que en la segunda mitad del año 2025 comenzará a crecer débilmente”.
Previsiones para España y Castilla y León
En cuanto a las previsiones en España y Castilla y León, “la economía moderará su ritmo de crecimiento, por lo que es de especial importancia atender al consumo privado y a la inversión empresarial, puesto que tienen margen para crecer, aunque se prevé que no van a ser determinantes para impulsar el crecimiento regional”.
El Observatorio ha concluido que la actividad económica en el 2025 será “muy inestable debido a la confluencia de diversas variables, como son el envejecimiento de la población, especialmente intenso en la región castellano y leonesa; el crecimiento del gasto público sustentado en el incremento del endeudamiento, lo que obligará a realizar ajustes; la falta de criterio a la hora de priorizar ese gasto público; o la excesiva regulación de las comunidades autónomas, lo que hace perder competitividad y productividad, entre otras variables”.
Economía en calma con incertidumbre
En este sentido, De Margarida ha finalizado manteniendo que la economía “se encuentra en calma con incertidumbre, donde las miras están puestas en las decisiones que en política económica se tomen en la nueva era Trump y mirando de reojo las decisiones en materia económica que vaya a tomar la UE. A lo que se debe sumar el punto de mira que ponga China en Europa para posicionar los productos que no pueda vender en EEUU debido al incremento de aranceles”.
Por todo ello, “viene un año en donde la acción-reacción es clave para fortalecer la UE ante un cambio de paradigma comercial internacional. La lentitud de Europa para legislar y tomar decisiones debe de desparecer y hacer frente con celeridad a las realidades socioeconómicas que sobrevienen en el horizonte”.
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