Los perros, los niños y los adultos

Por: Félix Alberto Sanz
perrosninosadultos
Los perros tienen la extraordinaria habilidad de detectar nuestro estado de ánimo.

En uno de los comentarios a mi anterior post, mi buen amigo Antonio Suazo me hizo recordar una de las frases favoritas de mi abuela (próximamente le dedicaré un post a ella) y uno de los dichos que más repito cuando imparto formación sobre liderazgo o hago coaching con ese fin.

Dice mi abuelita que “los perros y los niños van donde hay cariño”. Y yo, que no puedo verme callado, siempre apostillo “y los adultos también”.

Los perros tienen la extraordinaria habilidad de detectar nuestro estado de ánimo simplemente con mirarnos y olernos. Y saben si han de acercarse y cómo hacerlo o si han de alejarse de nosotros. En función de nuestro comportamiento, adecúan el suyo.

Niños

Y si hablamos de niños, pensemos por ejemplo en cómo reaccionan cuando nos ponemos de cuclillas o nos sentamos en el suelo para hablar y jugar con ellos, cuando les sonreímos, cuando les hacemos bromas o juegos, cuando imitamos su tono de voz e incluso sus peculiares palabras, cuando entramos a formar parte de su universo mágico,… Al cabo de poco tiempo, ese niño o niña, al principio distante, termina conectando y jugando con nosotros, por mucho o poco que nos conozca previamente. Incluso seguro que recordáis cómo ese niño o niña acaba reclamando nuestra atención cuando ya estamos a otras cosas o cuando tenemos que marcharnos.

Yo creo firmemente que a los adultos nos pasa algo parecido. Cuando alguien se quita de lo que está haciendo para atendernos y escucharnos, se pone a nuestra altura, empatiza con nosotros, adopta nuestra postura corporal y nuestro lenguaje, nos sonríe, se preocupa sinceramente por lo que hacemos, se involucra y pone pasión en lo que compartimos, nos pregunta por nosotros y no sólo por lo que hacemos, nos muestra afecto… provoca que nuestro olfato se active y digamos “con este sí, a éste le sigo”.

Emociones

Por supuesto, no todo es tan simple a la hora de liderar y no basta con esto, pero sin estos requisitos, para mí, es imposible liderar de verdad. Podemos ser grandes directores, grandes jefes, tener grandes ideas y planes, obtener grandes resultados y generar grandes beneficios, pero liderar es otra cosa que está a otro nivel superior. En ese nivel lo que predominan son las emociones.

Y es en ese nivel donde la capacidad de generar entusiasmo, confianza, alegría, calma, de absorber las malas energías y transformarlas en positivas, de apoyar, de entender, de escuchar, de apasionar,… y de generar que la gente se sienta respetada, valorada y, por qué no, querida, se convierte en la llave maestra que nos abre las puertas de los demás.

Por eso siempre que puedo rememoro a mi abuela y repito que “los perros y los niños van donde hay cariño” y después añado: “¡y los adultos también!”

2 comentarios

  1. No puedo por menos que mostrar mi sorpresa, al ver que hay alguien más a quien la afirmación “los perros y los niños van donde hay cariño” le ha sorprendido tanto como a mí, hasta el punto de sentir la necesidad de intentar paliar su crueldad con tan hermoso apostillamiento, tal y como tú has hecho, Félix.
    La primera persona que me espetó semejante lavativa emocional fue un buen amigo, un neuro-psiquiatra para más señas, por cierto, amigo también de Antonio Suazo, buena persona donde las haya.
    La necesidad de sentir afecto, de saberse querido, no es ni mucho menos patrimonio de seres inocentes como perros y niños, tal y como pretende dar a entender la “frasecita” cargada de una crueldad propia de quienes parecen haber carecido del suficiente cariño.
    Sentirse querido, querer y quererse, es el combustible que mueve los grandes corazones. Desde luego que no se puede dar lo que no se tiene.
    Qué duda cabe de que para dar hay que recibir y que para ser amado, es preciso ser amante universal. A lo largo de mi vida, que ha sido de todo menos monótona y hace ya unos años que superó el medio siglo, he podido comprobar cómo aquellos que se han sentido queridos han dado mucho, pero más aún lo han hecho quienes sin serlo se han entregado al enorme placer de dar sin esperar nada a cambio. Para que esto suceda, hay que ser adulto, haber madurado y probado las hieles de los que piensan que sólo los perros y los niños van donde hay cariño, y lo más importante, haberlos perdonado.
    No, Félix, de ninguna manera es cierta la afirmación de que sólo los perros y los niños van donde hay cariño, tú tienes razón. Los adultos también buscamos cariño, seguimos a quien nos muestra su afecto y nos siguen aquellos que lo perciben, aquellos que se sienten querido y valorados, esas personas a quienes nunca engañamos; siguen nuestros pasos las personas que nos sienten a su lado en las duras y en las maduras, codo con codo, sufriendo y disfrutando juntos las inclemencias del camino, porque nos queremos tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos.
    Pobre del infeliz que no busque cariño ya superada la edad de la inocencia, será una señal inequívoca de que se quiere tanto a si mismo que cree no necesitar el afecto de los demás. Más le valdrá repasar el castigo que Némesis, diosa de la venganza, el equilibrio y la fortuna, infligió a Narciso por su engreimiento.
    Afirma la Real Academia Española (RAE):
    CARIÑO – Del verbo latino carere (carecer, estar privado de). Inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo………. y yo, que como tú, tampoco puedo verme callado, también apostillo: “…… ya sea perro, niño o adulto”
    “Pinté con cariño, pinto con cariño y pintaré con cariño. Y espero que alguien diga cuando yo falte: “pintó con cariño”.
    Juan Lobillo
    Pintor gaditano
    Pues eso, que un cariñoso abrazo……….
    To+

  2. Gracias por tu comentario Tomás. Fijate, yo el matiz de “sólo los perrros y los niños” nunca lo había tenido en cuenta (desde luego mi abuela nunca menciona el “sólo”), es por ello que nunca había creado en mí esa disputa entre los perros, los niños y los adultos. Yo simplemente quería reforzar la idea de que quién muestra, genera y ofrece cariño, tienes más probablidades de que los demás le sigan a largo plazo que quién no. Por lo demás, firmo bajo todo lo que has expuesto tú.
    Un abrazo y gracias por tus palabras.

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