Lanzado en 2009, el X1 ha sido el primero de los todoterreno compactos de lujo, abriendo el camino al Audi Q3 y al esperado Mercedes BLK. La fórmula ha seducido a más de 300.000 compradores en todo el mundo. Pero más difícil que conquistar es guardar lo conquistado, dice el adagio clásico. Y eso no lo olvidan en BMW con este exitoso X1, que se renovaba hace pocos meses al tiempo que estrenaba versiones como la protagonista de nuestra prueba, el 25d de 4 cilindros turbo.
Desde luego hace falta un ojo experto para percibir los cambios estéticos de la carrocería respecto al primer X1. Cambia la estructura de los parachoques y la placa en la zaga simulando la clásica protección de los todoterreno. En el lateral, destacan como nuevas las llantas de 19 que ya llevaba la Serie 1 y la forma de los retrovisores exteriores con intermitentes incorporados.
Interior
Las evoluciones en el interior son más visibles. BMW ha aportado más cuidado a la presentación con nuevas inserciones decorativas y cambian ligeramente la consola central que va más orientada hacia el conductor y la pantalla situada en el salpicadero.
Un valor a tener en cuenta es la habitabilidad de las plazas traseras, que acogen sin problemas a dos adultos. En cuanto al maletero, tiene un volumen de 420 litros con los respaldos de los asientos traseros en posición normal. El X1 es un modelo muy práctico cuando abatimos los respaldos posteriores y nos quedan 1.350 litros y un suelo totalmente plano.
Decíamos que la versión probada estrenaba la nueva mecánica 25d, con una potencia de 218 cv, que trasmite a sus 4 ruedas y gasta en esta variante automática de ocho relaciones tan sólo 5,5 litros, frente a los 5,9 de la variante con cambio manual.
Menor consumo
Menor consumo y un mayor placer de conducción gracias a una sonoridad menos rugosa y a una mayor capacidad de reacción del cambio automático de ocho relaciones. Por supuesto, el programa BMW EfficientDynamics con stop&start, función de recuperación de energía liberada en las frenadas, indicador de cambio de marcha y climatización desembragable son parte del paquete. Y ahora la novedad del sistema Eco Pro: una tecla en el tablero de mando de la consola central modifica la respuesta del acelerador y de la caja de cambios automática, y activa además un modo de funcionamiento energético más eficiente del climatizador y la calefacción de los asientos.
El placer al conducir se ve reforzado por la calidad del chasis, eficaz y preciso en todo tipo de trazado. Tras unos cientos de kilómetros a su volante, se entiende perfectamente el éxito comercial del X1 y los 42.633 euros de los que parte la versión probada.
Santiago de Garnica