Cada vez que sale a la luz una nueva edición de la Guía Michelin suscita polémica. Se alzan voces críticas en el sector gastronómico nacional, porque aunque hemos aumentado en número de distinciones con respecto a la edición anterior seguimos a bastante distancia de otros países como Francia, Italia, Alemania. En Castilla y León, la guía roja ha sido especialmente dura, al haber eliminado 3 de las 7 estrellas existentes en la región: Ermitaño (Benavente, Zamora), El Rincón de Antonio (Zamora) y Vivaldi (León).
Al margen de la polémica y del acuerdo o desacuerdo que nos provoquen estos criterios, lo que sí parece vislumbrarse a tenor de lo que también ha sucedido en sectores como el discográfico y el editorial en el que se encuentra incluido, la publicación de guías tal y como la conocemos hasta ahora se verá inexorablemente avocada al cambio con la irrupción de Internet.
Nueva era
Aportaré 3 reflexiones suficientes para respaldar esta teoría y un ejemplo muy significativo:
1.- Uno de los objetivos de la Guía Michelin desde su nacimiento ha sido ayudar a la movilidad de los viajeros. El mantenimiento de esta máxima será la que obligue a sus responsables a adaptarla tarde o temprano a un formato digital que sea compatible además con los móviles, porque eso redundará directamente en beneficio de sus usuarios que verán asimismo mejorado el servicio con la soluciones de geolocalización ya existentes en el mercado. El pago por el uso de la guía en formato digital, creo que este caso es un tema menor.
2.- La tiranía de la inmediatez que impera en la red ya no entiende de fallos como en el que incurre la última edición de la guía roja, que incluye un restaurante que a día de hoy está cerrado, aunque cuando fue visitado por el inspector y antes de la fecha de cierre de la publicación todavía tenía sus puertas abiertas. Esta desactualización de los datos sería corregida en tiempo real con una versión digital.
3.- Para captar a las nuevas generaciones como consumidoras de las guías gastronómicas será necesario pasar por el aro del formato digital, que compagine además las críticas de los expertos con la participación de los usuarios, porque no debemos olvidar que los internautas otorgan más credibilidad a los comentarios de sus conocidos y amigos que a los que aportan las propias guías.
El ejemplo está relacionado con el éxito de plataformas como Tripadvisor u otras similares más centradas en el tema gastronómico que en el hostelero. Sin embargo, utilizo ésta porque su influencia es tan grande a la hora de elegir un hotel por parte de los usuarios, que en la Cadena Sol Meliá han determinado una retribución por objetivos a sus directivos en función de las calificaciones que obtengan sus establecimientos en Tripadvisor.