La tercera generación de Corporación Llorente accede a la Dirección General

La constructora busca con esta decisión adaptar la estrategia de la compañía al cambiante entorno económico y a la nuevas demandas del sector
Gonzalo y Joaquín Llorente, nuevos directores generales de Corporación Llorente.
Gonzalo y Joaquín Llorente, nuevos directores generales de Corporación Llorente.

Corporación Llorente acaba de ejecutar una de las medidas más delicadas en el seno de una empresa familiar como es dar el paso a la siguiente generación de forma ordenada. Es lo que acaba de hacer la constructora con sede en Valladolid al nombrar a Gonzalo Llorente Hernández y a Joaquín Llorente Igea como directores generales mancomunados, con lo que relevan a José Peláez, que se mantiene como asesor.

De esta forma, la tercera generación pasa a llevar las riendas ejecutivas de un holding cuyos orígenes se remontan a 1944 y en el que Alejandro y Patricio Llorente se mantienen como administradores mancomunados de la sociedad, con lo que conviven dos generaciones en la empresa.

Los retos de Gonzalo y Joaquín serán adaptar la estrategia de la compañía al cambiante entorno económico y a la nuevas demandas del sector, a la vez que consolidar la internacionalización de una histórica empresa que cerró 2016 con una facturación superior a los 60 millones de euros, una plantilla de 300 trabajadores, una presencia consolidada en Qatar y actividades en varias áreas como construcción, conservación de carreteras, energía, servicios y ocio.

Juventud y experiencia

Para ello, los nuevos directores generales aúnan juventud y experiencia. Así, Gonzalo es licenciado en Dirección y Administración de Empresas por Richmond University (Londres) y es Executive MBA por el IE Business School (Madrid). Desde que entró en la compañía en 1999 ha desarrollado varias funciones y en los últimos diez años ha formado parte del comité de dirección de la empresa como director de Concesiones y director Corporativo. De 2008 a 2016 fue presidente de Gaia, una de las firmas líderes en la gestión de centros deportivos en colaboración público-privada en España.

Por su parte, Joaquín es MBA Internacional por CEU San Pablo, ha realizado el programa de alta dirección Advance Management Program del Instituto de Empresa y ha completado su formación con el Curso Superior de Negocio Energético del Club Español de la Energía. En 2006 inició su trayectoria en la empresa al incorporarse en el área de energía solar y tres  años después lideró el departamento de energías renovables.

Su amplio conocimiento sobre el sector le ha  permitido encargarse de las inversiones en renovables del grupo, siendo el responsable como subdirector de esta área de la compañía. En 2015 asumió la dirección de estas actividades y desde 2013 es vicepresidente de la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León.

La nueva etapa del grupo familiar se caracteriza por poner el “foco en la rentabilidad en lugar de en el volumen, en generar liquidez para sostener la actividad, adecuar la estructura de la empresa a la capacidad productiva, afrontar la amortización de la deuda y consolidar la implantación internacional, sin dejar de prestar los standares de calidad que nos definen y diferencian”, destaca Joaquín.

En los mercados exteriores, después de su experiencia con proyectos en Portugal, Rumanía, Chile, Perú y Colombia, la empresa centra sus esfuerzos en Qatar, “donde hemos pasado de casi cero a 50 millones de euros de obra y una plantilla de 70 empleados, por lo que tenemos que ser muy rigurosos en consolidar ese proyecto. Después de 5 años, este país árabe ha pasado de demandar caja para mantener su estructura a ser generador de beneficios”, indica Gonzalo. En ese atractivo mercado ha ejecutado proyectos como una estación de autobuses y un parking logístico.

Nuevo ciclo económico

Después de la pasada crisis que afectó de manera más radical al sector de la construcción, los nuevos directores generales de Corporación Llorente tienen el desafío de aprovechar el nuevo ciclo económico, aunque en esta actividad aún se mantiene muy limitada la inversión en obra pública y el mercado inmobiliario está teniendo una tímida recuperación.

Una de las fortalezas de la compañía para afrontar estos complicados ejercicios es la diversificación de actividades al estar presente en obra civil con trabajos de infraestructuras, como autovías (por ejemplo un tramo de la Autovía Valladolid-Soria), carreteras, ferrocarriles (con dos tramos del Tren de Alta Velocidad a Galicia), estructuras agrarias, urbanizaciones, intercambiadores y estaciones de autobuses; medio ambiente, con depuradoras de aguas residuales y centros de tratamientos de residuos; y energía, con parques eólicos, instalaciones fotovoltaicas y obras eléctricas, entre otros.

Más información en el número de noviembre de la revista Castilla y León Económica

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