Si tienes una edad, seguro que el título te dice algo (no, no te voy a vender un plan de pensiones ni nada relacionado con tu edad), y ese algo es que hoy día si no controlas lo que haces, tu recorrido como negocio va a tener poca duración.
No, el control no es eso de mantener lo que dicen sobre ti bajo tu paraguas, alentando opiniones positivas o críticas que no se salgan de lo que tú marques. No. El control es otra cosa.
El control es saber llevar las cuentas de tu empresa correctamente, sabiendo que los gastos que hoy tienes mañana han de tener un resultado como inversión. Pero, sobre todo, el control que has de llevar es el de tus clientes.
Web
Si no tienes un CRM hoy, no esperes que te lo pague una subvención como en los años de vacas gordas se pagaban páginas web por kilos o toneladas (página web que ya deberías cambiar si no cumple con ciertos parámetros que ya traté en una reciente ponencia). Esa web te la tendrá que hacer un profesional que sepa un poco qué son los términos raros que salen en esa presentación, como es normal. Y que te asesore bien, claro.
Pero más que todo eso, has de saber que has de analizar. Mucho. El control real viene porque conseguirás analizar los datos que obtengas de tu negocio. Con tu CRM, con tu ERP, con la herramienta de analítica web que utilices (si es que tienes una página web en la que analizar cosas) y hasta con tu intuición.
Plan B
Eso es el control. La posibilidad de conocer si falla algo que has planificado durante meses y que has lanzado con toda la ilusión del mundo, y poner en marcha el plan B o paralizarlo todo si fuera necesario. El control es saber qué demandan tus clientes con la suficiente antelación para escalar la producción, tu logística o lo que necesites para ese momento puntual.
El control es conocer las tendencias del mercado para no quedarte fuera o ser lo suficientemente inteligente para quedarte fuera de lo último ultimísimo para hacer algo rompedor cuando el mercado esté maduro (esto debería sonarte a Apple, pero si no te suena ya te lo digo yo: es la estrategia de Apple).
El control es también gestionar el crecimiento de manera correcta y eficiente, tomando decisiones sin que tu empresa se entrampe o sin que te tiemble la mano, no esperando a la convocatoria de un comité de expertos que a su vez van a consultar a una serie de consultores externos que a su vez preguntarán a un becario porque con lo que quieres gastar te lo harán por compromiso.
El control está en evitar ataduras innecesarias a tu negocio.
Si no, toda tu potencia y tu poder económicos seguramente no sirvan para nada.