El 48% de los españoles considera que contar con una buena red de contactos es el factor más importante a la hora de encontrar un empleo, por encima de otros condicionantes más directamente vinculados al mundo laboral, como su experiencia, nivel educativo o cualidades para el puesto.
De hecho, y según los resultados de un sondeo elaborado por la consultora Randstad, el 22% de los encuestados confía en la suerte como circunstancia más favorable, mientras que sólo el 15% cree que su talento o su formación serán determinantes para incorporarse al mercado laboral.
Percepción Vs Realidad
Al margen de la opinión de los trabajadores, las principales variables que las empresas valoran en el momento de iniciar un proceso de selección de personal son:
– Experiencia: No sólo la formación es una herramienta válida para comprobar la cualificación de un trabajador, sino su bagaje profesional en un determinado puesto o sector.
– Conocimiento: La formación continua, como una herramienta de reciclaje, es imprescindible para los candidatos que quieren potenciar su empleabilidad. No sólo en su área de conocimiento, sino en las materias o “habilidades blandas” que le ayuden a dirigir con éxito equipos. Formarse o reciclarse en nuevas materias, puede ser fundamental para conseguir un nuevo puesto de trabajo.
– Compromiso: Un trabajador alineado con la cultura de la compañía es mejor valorado que otro y por tanto cuenta con más posibilidades de acceder a un empleo.
– Competencias: Las conocidas como competencias, “habilidades puras” del candidato, son básicas para su carrera profesional.
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