Tomando como referencia la reciente Asamblea que nuestra asociación celebró en Segovia, obtuvimos una serie de respuestas de nuestros asociados sobre diversos temas de actualidad. Observando el conjunto de respuestas, llamaba poderosamente la atención que la mayoría de ellos tenía previsiones optimistas de cara a 2018.
Resultado llamativo era que el 97% preveía un aumento o, al menos, mantenimiento de la cifra de negocio respecto al año anterior y, quizá lo más importante, que el 100% aumentaría o mantendría el empleo. Rara vez estas previsiones han sido tan contundentes en nuestro colectivo.
Estamos ante un escenario propicio para que nuestras empresas se conviertan en protagonistas del desarrollo económico de nuestra tierra. Si comparamos con el año anterior, el porcentaje sobre las mismas cuestiones supone un aumento de las perspectivas en un 4%.
Dentro de las principales conclusiones, podemos afirmar que nos encontramos ante un escenario positivo que debemos aprovechar. En este artículo quisiera aprovechar la oportunidad para enumerar alguna de las ventajas que tenemos en nuestra región y que pueden empujar de manera protagonista este optimismo entre los empresarios familiares.
No cabe duda en afirmar, en primer lugar, que la estabilidad política en nuestra región es un punto. Igualmente, cabe destacar que en Castilla y León gozamos de una paz territorial, social y política que beneficia –sin duda- el desarrollo de los negocios. No es menos importante señalar que, en general, tenemos unas buenas infraestructuras (gestión aeroportuaria al margen) que nos conectan de manera razonable con otros puntos de España.
Otra de las cuestiones a destacar en nuestra región es que tenemos la posibilidad de acceder a un mercado laboral cercano a través de las universidades y los centros de formación profesional.
Además de estos puntos positivos que hacen de Castilla y León un lugar atractivo para las empresas, existen otros muchos temas en los que nuestra región debe trabajar para mejorar el entorno empresarial.
Amenazas
Lejos de ser pesimista, debo reconocer que nos podemos encontrar con serias amenazas por el camino. En primer lugar, la situación política casi pre-electoral puede poner en riesgo que las reformas necesarias pueden ser aparcadas, mientras que las empresas no pueden hacerlo. Y por ello debemos insistir en reclamar un mejor entorno que acompañe el previsible desarrollo de las empresas. Entre otros aspectos, señalo los siguientes:
1º-. Necesitamos una política económica que favorezca el aumento del tamaño medio de las empresas, sobre todo en comparación con la UE, y especialmente Alemania, ya que nuestras pymes tienen una dimensión mucho menor, aspecto que dificulta su competitividad en los mercados internacionales.
2º-. Debido a las necesidades de contratación en determinados perfiles, las empresas requieren un modelo de FP Dual eficiente, desde el cual la empresa y los centros de formación trabajen con los mismos objetivos, de manera rápida y eficiente.
3º-. Aspecto de relevancia máxima supone el hecho de tener que convivir con diferentes normativas a nivel fiscal y administrativos entre las distintas comunidades autónomas ya que provocan desigualdades a nivel territorial obvias que dificultan la competitividad. Decisiva cuestión la presente para las empresas a la hora de tener en cuenta sus inversiones.
4º-. Ganamos cada año en burocracia y gran parte del gasto en las empresas lo representa el hecho de tener que cumplir con una maraña de normas que hacen que el día a día sea imposible y muy costoso.
Centro de decisión
Remando en la misma dirección desde el Gobierno autonómico y la iniciativa privada, no tengo ninguna duda de que podremos obtener el máximo valor a nuestra comunidad autónoma. Aquí queremos estar, aquí queremos ser protagonistas, aquí es donde queremos seguir invirtiendo, aquí es donde las empresas familiares tienen su centro de decisión.
Cada empresa familiar tiene como aspecto diferencial la apuesta por el largo plazo, un compromiso con la tierra y las personas, por ello también son exigentes a la hora de reclamar un entorno político y económico que favorezca su desarrollo. Intentemos entre todos construir estas condiciones dedicando tiempo a lo importante, a lo estratégico. Ante las perspectivas positivas de futuro debemos definir un proyecto de región definiendo y apostando por los sectores estratégicos en los que somos fuertes.
Son muchos los empresarios que creen en nuestra comunidad autónoma, construyamos entre todos las condiciones para el desarrollo de las empresas que ya están aquí, y las que tienen que venir.
