José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, ha propuesto formalmente la creación de una tasa a las transacciones financieras dentro de la UE, a imitación de la tasa Tobin, que recaudará 55.000 millones de euros al año, según sus cálculos.
La tasa gravará con un tipo del 0,1% las transacciones de acciones y bonos y con un tipo del 0,01% las de derivados. Los ingresos se destinarán a financiar el presupuesto de la UE, reduciendo así las aportaciones de los Estados miembros, y los presupuestos nacionales.
“En los últimos tres años, los Estados miembros, los contribuyentes, han dado ayuda y garantías de 4,6 billones de euros al sector financiero. Ha llegado el momento de que el sector financiero devuelva la contribución a la sociedad”, subrayó Barroso en un discurso ante el pleno de la Eurocámara.
Difícil implantación
La tasa sobre las transacciones financieras propuesta por Barroso tiene pocas posibilidades de prosperar en la UE por la oposición de Reino Unido. La alternativa que se estudia es implantarla únicamente en la Eurozona, ya que, según explicó Elena Salgado, vicepresidenta económica, cuenta con el apoyo de los grandes países como Alemania, Francia o España.
Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, ya ha expresado su rechazo a esta medida por considerar que provocará una deslocalización de las actividades financieras fuera de la UE.
Barroso ha justificado su iniciativa por una “cuestión de justicia”, para que el sector financiero contribuya a la recuperación, y también por la necesidad de generar ingresos en el actual período de crisis. “Si necesitamos consolidación fiscal, si necesitamos más ingresos, la cuestión es de dónde van a venir esos ingresos. ¿Vamos a gravar el empleo? ¿Vamos a gravar el consumo más? Creo que es justo gravar las actividades financieras que en algunos Estados no pagan una contribución proporcionada a la sociedad”, explica el presidente de la Comisión.
Europa Press / Castilla y León Económica