Si volviéramos la vista atrás y analizáramos en los últimos cuatro años las actuaciones de los responsables económicos de España, nos daríamos cuenta de las numerosas contradicciones que han ido vertiendo, provocando una inseguridad en el ciudadano de a pie, una falta de credibilidad y, finalmente, una paupérrima imagen de la economía española a nivel mundial.
No hace mucho se nos decía que el sistema financiero español era uno de los mas seguros del mundo, y evidentemente el mejor de la Eurozona. Esta afirmación se basaba en que nuestros bancos y cajas eran “tan listos” que no se habían zambullido dentro del fango de los bonos basura. La verdad es que fue determinante la regulación que tiene establecida en materia financiera el Banco de España.
Además en los últimos tiempos las recomendaciones que en materia económica y financiera han hecho a España, entre otros, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y los gobiernos de algunos países, como EE UU y Alemania, no las hemos tenido en cuenta debido al falso orgullo del “españolito de dios” que cree fehacientemente que España es “única y diferente” y que su realidad económica es la mejor del mundo mundial.
Ahora nos damos cuenta que nuestro sistema financiero no era tan seguro como creíamos, y además parece ser que las culpables son las cajas de ahorro. Sin embargo, es cierto que las recomendaciones que el Banco de España ha hecho a las cajas en los dos últimos años han ido diluyéndose por las ideas provincianas y de falso poder autonómico.
Además, parece que a alguien se le ocurrió que las cajas deberían unirse al objeto de hacer frente a la realidad financiera del país. Así, mientras que unas se han fusionado, otras se han constituido en SIP para no perder su identidad de provincialismo chabacano. Pero ahora resulta que una mano negra ha movido los hilos para que finalmente desaparezca del panorama financiero un modelo de entidad que ha perdurado durante más de 100 años, y que además ha tenido un papel crucial tanto para los particulares como en las pymes. Pero en verdad, ¿el problema financiero español es debido a las cajas de ahorro? Si consultamos los informes del Banco de España, nos encontramos con unos datos que son bastante reveladores.
Responsabilidades
La expansión crediticia de los bancos y cajas entre los años 2004 y 2010 fue de 418.000 millones de euros para los bancos y de 411.000 millones para las cajas,mientras que el crédito respaldado con garantía hipotecara tuvo un incremento de 193.000 millones para los bancos y de 290.000 millones para las cajas. Además, los créditos de dudoso cobro para los mismos años fueron de 48.700 millones para los bancos y de 49.300 millones para las cajas. Y, finalmente, si nos fijamos en la adquisición temporal de activos, los bancos han superado a las cajas, ya que los primeros adquirieron 26.600 millones y las segundas 12.500 millones.
Está claro que según los datos anteriores, los bancos y las cajas son muy similares excepto en lo que se refiere a la adquisición temporal de activos. Por tanto ¿por qué el gobierno empieza a hacer diferencias en el Core Capital del 8% para los bancos y del 10% para las cajas? ¿Por qué parece que los bancos son los que han gestionado bien su negocio mientras que las cajas no?, ¿es que los bancos han realizado préstamos sin riesgo de impago, mientras que los de las cajas han sido extremadamente peligrosos?
No me creo nada. Es evidente que ha comenzado una caza de brujas. Parece que a alguien le molesta la figura de caja con todas sus connotaciones políticas, y para ello ha sugerido que se transformen en bancos haciendo desaparecer la Obra Social donde van a parar los beneficios que sirven para apoyar numerosos proyectos sociales, culturales, educativos y medioambientales.
Función social
He de decir a favor de ellas que han sido durante muchos años, y en la actualidad lo siguen siendo, los “confesores” de millones de ahorradores a quienes se les ha dado un trato más de amigos que de clientes.
Cuántas veces he observado cómo escuchaba un empleado de la caja, con mirada de amigo, las preocupaciones y temores que tenía un ahorrador. Cuántas veces he visto esperar su turno para poder ser atendido por un determinado empleado. Los empleados de la oficina de una caja de ahorros son parte integrante de los vecinos de un barrio, los que escuchan, los que asesoran, los que finalmente aconsejan, en definitiva “los de la caja”.
Sirva esta opinión sentida de homenaje para las cajas y sus empleados, que han sabido mantener los valores de honestidad y honradez que fueron olvidados por los intermediarios financieros causantes de la mayor crisis financiera y económica producida en los últimos años después de la crisis del 29.
Hola Juan Carlos:
Dime el nombre de la sucursal y de la entidad donde trabaja ese empleado de caja que pones como ejemplo para abrir allí una cuenta rápidamente.
Por desgracia, uno de los males de las cajas era la escasa productividad y eficiencia de sus plantillas, que en algunas entidades estaban poco motivadas.