La isla codiciada (y II)

Por: Luisa Alcalde
Desde la feracidad de sus montañas de té al desarrollo trepidante de asfalto y rascacielos de su capital costera, Sri Lanka muestra un mosaico de gran diversidad difícil de igualar en un país insular
Pescadores zancudos de Sri Lanka
Pescadores zancudos, una de las estampas más conocidas de Sri Lanka.

Para endulzar el paladar a mitad de viaje por una de las islas más fascinantes del planeta, es imprescindible recorrer las plantaciones del famoso té de Ceilán, considerado el mejor del mundo. Como flores tropicales, entre el verde esmeralda de los cultivos que alfombran las colinas, destacan con sus saris de llamativos colores las mujeres tamiles, que son las encargadas de recolectar las hojas de té. Un trabajo delicado para no dañar los brotes más tiernos, que se comercializarán, tras un simple secado, como té dorado o verde, mientras el resto lo hará después de ser procesado como té negro. Una visita por la plantación y fábrica de Damro, en asociación con Rothschild, y una posterior cata permite comprender fácilmente porqué este excelso producto es la principal exportación de la isla.

Plantaciones del famoso té de Sri Lanka.

Junto a las plantaciones, el núcleo urbano de referencia es Nuwara Eliya, una ciudad construida en las colinas de casi 2.000 metros de altitud, donde se puede apreciar la influencia de la época colonial y admirar palacios victorianos y opulentas residencias de aquellos hacendados británicos, jardines serenos y paisajes ordenados al estilo inglés, espacios que no hace mucho acogían elitistas clubs sociales o campos de golf. Por eso esta ciudad se conoce como la Pequeña Inglaterra y es un popular destino de vacaciones tanto para srilanqueses como turistas, gracias a su clima fresco y su pintoresco ambiente.

Viaje en tren

Desde la estación de Nanuoya, tomamos un tren para llegar hasta Ella, uno de los recorridos ferroviarios más bonitos del mundo. Un viaje de casi 4 horas, que atraviesa las escarpadas colinas al sur de Sri Lanka, cruzando las plantaciones de té y jugando con las nubes. Verde esmeralda sobre verde malaquita, verde hipnótico sólo interrumpido por los numerosos túneles de montaña y por las estaciones rurales donde suben y bajan los viajeros de la zona.

El viaducto de los 9 arcos Demodara Nine Arch, por el que transcurre el tren, que data del período colonial británico, en uno de los recorridos ferroviarios más bonitos del mundo.

Aunque la localidad de Ella se reduce a una calle principal con comercios, tiendas de regalos y restaurantes muy turísticos, es perfecta para explorar lugares naturales de gran belleza, como los saltos de agua de Rawana Ella y Ravana Falls y hacer senderismo hasta Budalla, desde donde disfrutar de una panorámica increíble en su cima. También es fácil acercarse en tuk tuk a uno de los puentes de ferrocarril más fotografiados del mundo, el viaducto de los 9 arcos Demodara Nine Arch. Data del período colonial británico y fue construido a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar por bloques macizos de roca, ladrillos y cemento, sin utilizar un solo tramo de acero.

Parque Nacional de Yala

Nuestro próximo destino es el Parque Nacional de Yala, el segundo más grande de Sri Lanka y famoso por tener la mayor concentración de leopardos del mundo. También son muy numerosos los ejemplares de elefante asiático. En una extensión de arbustos y formaciones rocosas, junto a varias lagunas de agua dulce y salada, se pueden avistar además otras especies, como oso, sambar, ciervo moteado, jabalí, búfalo, monos langur y macaco y un gran número de aves, como la cigüeña de cuello negro, correlimos, pelícanos, garzas, abubillas, periquitos, balbules y pavos reales. Nuestra suerte en el día de hoy es inmensa porque a nuestro lado cruza un espléndido ejemplar de leopardo que se pasea con arrogancia pegado al todo-terreno. Su andar majestuoso nos regala una estampa regia.

Continúa nuestra travesía hacia el sur de la isla. Es una región rural, con tranquilas aldeas y pequeñas localidades pesqueras cuyos habitantes se encaraman en pilotes sobre las olas para practicar un singular arte de la pesca. Los pescadores de zancos, como se les conoce, era una antigua tradición que se hacía en las playas de Koggala y Ahangama, y que ahora se conserva sólo de cara al turismo. Los zancos consisten en un solo poste y un travesaño plantados en el mar, sobre los que los pescadores se posan a modo de flamencos mientras lanzan sus sedales cuando las corrientes fluyen en la dirección correcta.

La región más septentrional de la Lagrima de la India prosperó gracias al comercio realizado a través de los puertos de Galle y Matara. Concretamente el destacado puerto marítimo de Galle ya fue utilizado por persas, árabes, griegos, romanos, malayos, indios y chinos para hacer negocios, antes de que los portugueses en 1589 construyeran en un promontorio un fuerte de sólidos cimientos.

Cuando llegó la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en 1640, amplió la fortificación hasta convertirlo, en la época de máximo esplendor, en una ciudadela que acogía a numerosas familias, además de edificios administrativos. El fuerte de Galle, aparte de ser el mayor atractivo de una de las ciudades de la era colonial que mejor se conserva del sudeste asiático y declarada Patrimonio de la Humanidad, es un claro testimonio del buen hacer de portugueses y holandeses que ha sobrevivido desde el siglo XVI y resistió incluso la fuerza del tsunami de 2004, que apenas causó daños en su estructura frente a la destrucción que provocó en los alrededores. Una buena forma de apreciar el sistema defensivo es caminar por sus murallas y bastiones, que se extienden a lo largo de tres kilómetros, con muros interiores y exteriores de un metro de grosor.

Y tras admirar esta joya de fortificación, es muy aconsejable un paseo por el cautivador casco histórico de Galle, que combina elementos de las arquitecturas europeas y asiáticas y muchos de los antiguos edificios acogen hoy en día tiendas, restaurantes y hoteles con encanto. La decadencia de Galle se inicia cuando los británicos toman el control del país en 1802 y Colombo se convirtió en el puerto principal y el sur cayó en el olvido. Sin embargo, la provincia está cambiando gracias a la autovía entre Galle y Colombo, que reduce la distancia de tres a una hora, lo que está haciendo que aumente el número de turistas en busca de playas paradisíacas donde practicar el surf, snorkel o submarinismo, y excursiones para avistar ballenas o tortugas, además de los magníficos parques naturales de la zona.

Colombo

La efervescente Colombo, capital de Sri Lanka, combina su pasado colonial con modernos rascacielos de oficinas y apartamentos de lujo.

Aunque Colombo es la puerta natural de entrada al país a través de su aeropuerto internacional, nosotros disfrutaremos de la dinámica capital de Sri Lanka al final de nuestro viaje. Se trata de un enclave muy diferente al resto de la isla, más bien rural y anclado en tradiciones, por sus rascacielos, sus calles repletas de tráfico y su frenético ritmo. La ciudad más grande (con casi 650.000 habitantes de los 22 millones de la isla) y antigua capital administrativa de Sri Lanka muestra su cara bulliciosa y vibrante con una mezcla de vida moderna y restos de época colonial en cuanto deambulas por sus trepidantes calles.

Gracias a su gran puerto y a su posición estratégica a lo largo de las rutas comerciales marítimas de Oriente a Occidente, los antiguos comerciantes conocían Colombo desde hace 2.000 años. Sin embargo, se convirtió en capital cuando Sri Lanka fue cedida al Imperio Británico en 1815. La ciudad siguió prosperando a lo largo del siglo XIX y ha mantenido su estatus dominante tras la independencia del país. La urbe también ha tenido sus desgracias, ya que durante la dilatada guerra civil (1983-2009) fue devastada por atentados suicidas perpetrados por los Tigres Tamiles, el grupo terrorista que pretendía un estado independiente al norte y sur del país.

Tras recuperarse de la guerra, Colombo ha relajado sus medidas de seguridad y vuelve a atraer a numerosos visitantes. Entre sus atractivos destaca el pintoresco barrio de Pettah, con multitud de puestos callejeros en sus bazares donde se pueden realizar algunas compras o degustar alguna delicia gastronómica típica de la isla.

El fuerte, el monumento a la Independencia -construido en memoria de la emancipación en 1948 del Imperio Británico- y el paseo marítimo de Galle Face son algunos de los enclaves más visitados. También resultan muy atractivos los modernos bloques de oficinas que se codean con edificios coloniales y el elitista barrio de los Jardines de la Canela, con sus museos, embajadas y cafeterías elegantes. El encanto de Colombo lo completan numerosos hoteles de lujo y buenos restaurantes, como el Ministry of Crab, especializado en cangrejo y considerado uno de los 100 mejores establecimientos de Asia por el ranking The world’s 50 best restaurants.

En cuanto uno pisa el asfalto de esta urbe dinámica y caótica, empieza el festival de lo heterogéneo y aturde la vorágine de su dispar comunidad de habitantes cingaleses, tamiles, musulmanes, budistas, hindúes y cristianos. Un faro de diversidad étnica, cultural y religiosa, que caracteriza toda la isla, pero que se hace más patente si cabe en su capital, donde es común encontrarse en la misma calle con un templo budista, uno hindú, una iglesia y una mezquita.

Los matrimonios interétnicos también son frecuentes, y no parece que esta acentuada diversidad genere tensiones. La estampa de vírgenes en los cruces, grupos de chicas con velo, hombres con la marca roja entre las cejas tras realizar la puja, jóvenes rapados ataviados con las túnicas azafrán del budismo es común en este escenario urbano, donde sorprende la pujanza de una ciudad en plena transformación.

Mar de grúas

El mar de grúas que se extiende por algunos barrios de la ciudad denotan las fuertes inversiones en una gran parte de origen chino, que cambiarán en pocos años la fisonomía de una capital donde abundan cada vez más los rascacielos, cadenas hoteleras de lujo, ampliación y adecenamiento de sus canales y construcción del colosal Port City Colombo con sus 269 hectáreas ganadas al mar. Este espacio, continuación del distrito central, promete ser el principal destino residencial, comercial y de negocios del sur de Asia en 2041, cuando concluya una obra, que contemplará asimismo un centro turístico con tiendas, instalaciones residenciales de lujo y servicios integrales, como parques, deportes acuáticos, escuelas y hospitales, a lo largo de las cálidas aguas del Océano Índico.

El interés de China por la antigua Ceilán también se puede observar en las inversiones realizadas en las carreteras y autopistas del país, además de que está construyendo una ciudad en el sur, similar a la Tanger Med, en Marruecos. Y es que Sri Lanka no sólo es rica en recursos y en suelos fértiles, sino que su posición geográfica privilegiada y sus puertos profundos lo convierten en un lugar de gran importancia estratégica en Asia, tal como avala el legado de sus diferentes culturas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre la protección de datos:
· Responsable de los datos: Ediciones La Meseta, S.L.
· Finalidad: Enviar un comentario
· Derechos: Tienes derecho a acceder, rectificar o suprimir los datos, así como otros derechos como es explica en la política de privacidad.
· Información adicional: Puedes consultar la información adicional y detallada sobre la protección de datos aquí.

Noticias relacionadas

'Salmonete' del Restaurante Pepe Vieira.
Leer más

Sabores ancestrales para paladares actuales

Por: Luisa Alcalde, socia fundadora de Castilla y León Económica
En los confines del mundo, donde se pone el sol, Xosé T. Cannas embelesa en su restaurante Pepe Vieira, con creaciones basadas en el acervo gastronómico gallego, bajo el prisma de la vanguardia culinaria
Ir al contenido