El Intercontinental Düsseldorf es uno de los hoteles más lujosos de la rica ciudad alemana homónima situada a orillas del Rhin. Urbano y exclusivo, resulta muy confortable pese a contar con más de 250 habitaciones. De arquitectura moderna y diseño vanguardista, sobresale su hall situado en un espacio diáfano ubicado entre los dos edificios que componen el hotel, coronado por una estructura acristalada que permite el paso de la luz.
Sus habitaciones son amplias y cuentan con muebles de líneas rectas decorados en tonos cálidos. También resulta espacioso el baño forrado en mármol, que posee ducha y bañera. El comedor para los desayunos, diseñado en colores divertidos, permite disfrutar de una buena panorámica del hall, ya que apenas existe separación entre ambos espacios. Con una buena oferta de fruta, zumos naturales, cereales, yogures, panes, mermeladas, embutidos, quesos, salchichas y tortillas, el desayuno es un placer muy apetecible.
Pero si busca otras alternativas, está en la ciudad ideal porque en Düsseldorf existen numerosas panaderías-pastelerías con una oferta extraordinaria y además también se estila el brunch los fines de semana, algunos con unos pantagruélicos menús de tartas caseras como el del bar El Unicornio de Oro, digno de ver.
Sin embargo, el aspecto más destacado del Intercontinental Düsseldorf es su ubicación en la que es considerada como la calle más cara de Europa por la concentración de boutiques de diseñadores de lujo. Siempre muy animada, como seña de identidad de la ciudad -en la que sus habitantes hablan de cinco estaciones, al considerar la juerga la quinta-, se sitúa a dos pasos del divertido barrio antiguo y del Rhin de corrientes rápidas y transitadas por un frecuente tráfico de barcazas de mercancías, que ha renovado su antiguo puerto con edificios de oficinas de prestigiosos arquitectos como Frank Gehry.