Pese a contar con una población tremendamente cosmopolita que se refleja en su exótica y variada oferta gastronómica, no se puede abandonar Düsseldorf sin haber comido en una de sus tabernas, donde la cerveza originaria de esta ciudad alemana denominada Altbier es la reina indiscutible.
De color tostado y con cierto amargor que a veces termina en dulce, es servida al comensal nada más terminar la anterior sin necesidad de pedirla. Im Füchschen (el pequeño zorro) es sin duda la más típica de las cervecerías tradicionales del laberíntico Alstatal (barrio antiguo).
Un ambiente festivo y un lleno hasta la bandera caracterizan un establecimiento con mesas corridas de madera que se pueden compartir con la animada parroquia local.
Codillo, salchichas, costilla a la brasa, patatas asadas y chucrut (berza agria fermentada) son los platos que más sobresalen de la carta. Por otro lado, y para satisfacer a la mayor colonia de japoneses de Europa, Düsseldorf cuenta con numerosos restaurantes nipones de gran calidad, como es el caso de Kikaku. También posee varios italianos de prestigio.