2019 marca un punto de inflexión para Ibervalles, la socimi (sociedad anónima cotizada de inversión inmobiliaria) de la familia Isidro, natural de Valladolid, que tras la venta de su participación en Europac, -compañía de embalaje con sede en Dueñas (Palencia)- dio un paso al frente en la profesionalización de la inversión inmobiliaria del family office.
Los socios accionistas decidieron reinvertir parte del capital obtenido para fortalecer su cartera inmobiliaria con el objetivo de convertirse en un vehículo cotizado de inversión inmobiliaria capaz de atraer capital de terceros. Un lustro más tarde las cifras hablan por sí solas: a cierre de 2023 Ibervalles alcanzó un valor de activos de 305 millones, gestionando un total de 13 inmuebles, con un crecimiento que casi triplicó el valor de su cartera en sólo 2 ejercicios, desde los 110 millones en enero de 2022. Su objetivo estratégico es alcanzar los 550 millones para finales de 2025.
Para la consecución de este ambicioso reto, la compañía ha diseñado una estructura de vehículos de inversión especializada que le permitirá homogeneizar las inversiones en cada área, con el desafío de configurar una cartera inmobiliaria integrada por edificios de oficinas (40%), hoteles (45%) y flex living (15%). Además, “estamos evaluando la posibilidad de una ampliación de capital en 2025, con un endeudamiento máximo del 50%, para apoyar esta expansión y fortalecer nuestro posicionamiento en el mercado. Aunque los detalles aún se encuentran en fase de desarrollo, esta ampliación será clave para alcanzar nuestras metas de crecimiento”, explica Enrique Isidro, presidente ejecutivo de Ibervalles.
Liquidez
Su modelo de negocio está íntimamente ligado a la liquidez y se centra en la rotación de activos a corto y medio plazo, con la misión de crear productos inmobiliarios “altamente atractivos para el mercado. La estrategia es ofrecer activos de calidad superior, gestionados con los más altos estándares y ubicados en zonas consolidadas”, aclara Isidro. Así, Ibervalles busca generar valor a través de inmuebles reformados, con inquilinos estables, contratos seguros y ubicaciones estratégicas.
Otro de los pilares sobre los que se asienta el plan estratégico de la socimi es la diversificación. Especializada inicialmente en el sector de oficinas, Ibervalles ha incorporado, dentro de la segunda fase de su plan de negocio a largo plazo iniciado en 2022, 2 nuevas líneas de negocio: hoteles y flex living. “Cada una de estas áreas representa una oportunidad para liderar el cambio en el sector inmobiliario español, con un claro enfoque en el reposicionamiento estratégico y la generación de valor, tanto para accionistas como para inquilinos”, detalla el presidente ejecutivo de Ibervalles.
En el segmento de oficinas se posiciona aprovechando la escasez de estos inmuebles de calidad en zonas urbanas centrales. Con una menor competencia en este ámbito, la compañía se centra en crear espacios “modernos, sostenibles y flexibles, que se adaptan a las nuevas formas de trabajo”.
Respecto al parque hotelero, a juicio de Ibervalles, presenta un gran potencial de renovación. No en vano, la socimi de la familia Isidro se dedica a transformar hoteles obsoletos en establecimientos de 4 y 5 estrellas que ofrecen experiencias diferenciadas. Y en el segmento del flex living, en respuesta al auge del alquiler flexible, Ibervalles ofrece soluciones habitacionales que conectan con una generación que prioriza la movilidad y la convivencia.
Mercados
La compañía tiene a Madrid como epicentro de su estrategia, pues la capital de España es el foco principal en el mercado de oficinas. En el segmento de hoteles, a Madrid se suman Baleares, Canarias, Valencia y Málaga; mientras que en flex living sólo tienen la vista puesta en Madrid, Valencia y Málaga. Ibervalles ha adquirido en estos años varios edificios emblemáticos en Madrid, como Alcalá 506, General Perón 27 y Castellana 220. Uno de los inmuebles cuya reforma integral acaba de culminar es el edificio Connecta, en la calle Josefa Valcárcel de la capital y que se ha adaptado a los nuevos modelos de trabajo colaborativo, “con innovadoras áreas de trabajo, reunión y relax y los más altos estándares de sostenibilidad, que avalan su infraestructura digital y conectividad de última generación”.
Origen industrial y financiero
El origen industrial y financiero de la familia Isidro, fundadora de Ibervalles, ha sido fundamental para establecer un modelo de gestión único, basado en un enfoque altamente estructurado. “Nos distingue nuestra capacidad para minimizar las opiniones subjetivas y, en su lugar, priorizar un enfoque técnico, que llamamos internamente sustituir la opinería por la ingeniería. Este planteamiento riguroso y analítico nos ha permitido tomar decisiones sólidas y alineadas con la realidad del mercado”, sostiene Enrique Isidro.
Necesidades del mercado
El proyecto de Ibervalles se centra en desarrollar una cartera desde 0, lo que, a juicio de su principal ejecutivo, “nos sitúa en una posición avanzada en términos de diseño y adaptación a las nuevas necesidades del mercado, A diferencias de muchas socimi, nuestra cartera de activos ha sido diseñada completamente teniendo en cuenta el cambio de paradigma que trajo la pandemia. Esto nos permite ofrecer activos de clase A, altamente demandados y escasos en el mercado actual”.
Otro aspecto diferencial es la filosofía de la compañía, que se fundamenta en la “agilidad, confianza y compromiso con el medio ambiente”.
Prestigioso comité ejecutivo
El Comité Ejecutivo de Ibervalles, con más de 40 años de experiencia en reposicionamiento y revalorización de activos, está liderado por Enrique Isidro Rincón como presidente; y por Fernando y José Miguel Isidro Rincón (ex presidente del Grupo Europac y de Empresa Familiar de Castilla y León) como consejeros ejecutivos. Además, cuenta con el respaldo de más de 30 accionistas minoritarios, que juegan un papel “clave en el éxito y crecimiento de la compañía”. La socimi está gestionada en la actualidad por un equipo multidisciplinar de más de 20 profesionales con más de 15 años de experiencia en inversión y gestión inmobiliaria, análisis y desarrollo de proyectos.
Más información en el número de noviembre de Castilla y León Económica
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