Julio promete y agosto es horrible. De vuelta a la normalidad, aprovecho la tribuna que me brinda Castilla y León Económica para meter de nuevo el dedo en la llaga de la Administración. 3 empresarios me han comentado sendas historias para no dormir; entre el hastío y el cabreo, todos denunciaban la inmensa dificultad de realizar sus gestiones (obligaciones) como administrados en el periodo estival.
Parece que por ser un hecho repetido y a base de la costumbre, hemos de comulgar con ruedas de molino. Pero yo me niego a hacerlo y, al menos quiero compartir con ustedes mi desacuerdo en que, por el hecho de que lleguemos al verano, en algunos lugares de la Administración no recibas el servicio al que la propia Administración con sus múltiples normas te obliga a solucionar.
De acuerdo en que el personal tiene que descansar después de tan intenso trabajo a lo largo del año, faltaría más. Pero no es menos cierto que hay que exigir que el aparato administrativo organice su esqueleto de dinosaurio para que el resto de los mortales podamos continuar nuestra actividad con normalidad. Precisamente, son los empresarios los que en muchas ocasiones sufren la desidia o mala organización de las tantas administraciones que nos tutelan. Y paradójicamente son las empresas las que, con sus impuestos, sostienen en gran medida dicho aparato. Pues bien, parece que nadie se quiere dar cuenta de ello. No sólo te obligan a cumplir más de 25.000 normas, sino que además no te dejan, al menos en verano.
Ojalá fuesen sólo anécdotas las que me han transmitido Alfredo (que tuvo que esperar 3 días en Valencia a que llegase el funcionario de turno de sus vacaciones para firmar una mercancía), Juan Pablo (que fue a solicitar la firma electrónica y tuvo que volver al día siguiente porque no encontró a nadie) y Miguel (que tuvo que esperar varios días hasta dar con la persona que le solventó un urgente tema administrativo).
Clientes
Más allá de estas anécdotas, ya es hora de que la Administración sepa quiénes son sus clientes (a veces sus rehenes porque no podemos acudir a otra ventanilla) y se adapten a las reclamaciones de todos los ciudadanos, pero especialmente a las empresas que son las entidades que de verdad ejercen una actividad productiva que genera empleo y sostiene la Administración con sus impuestos.
En la empresa privada si no te atienden o lo hacen mal, el cliente cambia de opción, pero aquí estamos obligados a tragar, y además sin levantar la voz no sea que además nos anoten en la lista negra.
Ojo, y no es una cuestión de funcionarios. Es una cuestión de sus jefes, que no son capaces de organizar su gallinero de manera adecuada. Y es que para algunos la crisis no les hace cambiar. ¿O es que no hay crisis para ellos?
“Ni todos los empresarios son unos defraudadores, ni toda la administración está formada por funcionarios que no cumplen con su obligación”. TODA GENERALIDAD, IMPLICA UNA INJUSTICIA…. Señor bloguero del artículo, por favor, cite los lugares, servicios territoriales, consejerías, y los lugares donde no se ha atendido debidamente a los “empresarios”. Y quien corresponda que asuma su responsabilidad. No trate a todos los funcionarios por igual. Los que cumplimos con nuestro deber nos sentimos muy ofendidos. Gracias.
No puedo estar más de acuerdo con su comentario. Generalizar es injusto. En ningún momento responsabilizo a los funcionarios sino a los responsables de organizar adecuadamente los servicios. El hecho es que no debería existir ni un solo caso de no atención o mala atención a ningún ciudadano. Si me facilita su contacto le informo sobre los detalles de lo que escribo. A nivel público no sirve de nada hacerlo. Sólo queda el derecho al pataleo. Siento que se haya ofendido, no era mi intención.
Eduardo: Generalizas indiscriminadamente y no veo ningún reconocimiento a otros muchos funcionarios que sí cumplen con sus cometidos, y además honradamente.
No obstante, se trata de un problema estructural y urge evidentemente una reforma profunda de la Administración.
Estimado Rafael: generalizar siempre es arriesgado. Lo cierto es que no nos podemos permitir que ninguna empresa deje de ser atendida; desde le punto de vista como “cliente” no es concebible. Efectivamente, lo importante es la profunda y necesaria reforma en la Administración. Gracias por tu comentario.
Estimado Eduardo,
completamente de acuerdo con lo que escribe…en general parece que este país cierra en el mes de Agosto. Y mejor que no se ponga usted enfermo y tenga que ir al hospital!!
Otro día podemos hablar de los calendarios escolares y los quebraderos de cabeza para los padres. Por qué nos quedamos sin colegios casi tres meses? En algunos meses como agosto y septiembre ni siquiera pagando encontramos campamentos en los que dejar a nuestros hijos. En fin, ya sabemos que Spain is different!!
Buff, lo de los colegios es otro cantar. Vaya lujo tener cerrados los colegios en verano, como si fuesemos un país rico. Y mientras tanto los padres que trabajan, locos por encajar las piezas del puzzle. Debería existir una concordancia entre el calendario laboral y el escolar.
Estimado Eduardo.
Estoy totalmente de acuerdo con tu artículo, no nos podemos permitir que las empresas tengan que bajar su ritmo de trabajo, con las consiguientes perdidas económicas y de cumplimento con los compromisos con sus clientes, porque no puedan cumplir con sus obligaciones con la administración por falta de personal en verano.
Esto es una practica mas habitual de lo que la gente piensa y el que nos hayamos habituado a trabajar con este problema añadido a nuestro negocio, no quiere decir que tengamos que resignarnos de por vida. Cuando considero que hay personal lo suficientemente preparado en la administración para que con un poco de voluntad y una buena organización consigamos que España sea mas competitivo y las empresas y ciudadanos no tengamos que pagar como siempre la dejaded en sus funciones de los altos cargos públicos y políticos.
Eduardo Por favor: desde tu tribuna no ceses en tu línea de insistir en conseguir una España mejor.